La Sociedad Española de Epidemiología ha hecho balance del año 2022 recopilando algunos de los temas más destacados en materia de salud, entre los que señalan la pandemia de COVID-19, la creación de la Agencia Estatal de Salud Pública, las desigualdades sociales, el cambio climático y la carrera profesional de los propios epidemiólogos/as.
El año 2022, al igual que los dos años anteriores, ha estado fuertemente marcado por el impacto de la COVID-19 y también por sus consecuencias sobre otras enfermedades y sobre el resto de actividades a las que se dedican los epidemiólogos/as.
También ha tenido graves consecuencias en los programas preventivos y en la vigilancia de las enfermedades de declaración obligatoria y de otras enfermedades no transmisibles, pues la saturación del sistema sanitario ha frenado la notificación de este tipo de infecciones y patologías.
Asimismo, algunos programas de cribado para la detección temprana del cáncer se paralizaron o suspendieron. Estas demoras en el diagnóstico hacen prever a los expertos un aumento de cánceres en un estadio más avanzado y, por tanto, un empeoramiento de la supervivencia
Ante las carencias que el sistema español de salud ha mostrado a la hora de afrontar una emergencia como esta, la creación de la Agencia Estatal de Salud Pública se perfila como un instrumento crucial. Sin embargo, la SEE lamenta la falta de información al respecto, ya que por el momento se desconoce dónde, cómo y cuándo se materializará. Por este motivo, la sociedad científica reclama un aceleramiento en su puesta en marcha y más datos sobre su estructura y sobre el reglamento por el que se regirá, que se está elaborando en estos momentos. Otra solución crucial pasa por la mejora de las plantillas del personal de salud pública a nivel de cada CCAA y a nivel central.
Entre los aspectos más positivos del año, la SEE señala el avance informativo de los datos provisionales de la mortalidad del primer semestre de 2022 por parte del INE. Y es que, por primera vez se han difundido al mismo tiempo los datos de 2021 y un avance de los primeros seis meses de 2022, con la voluntad de que estos avances semestrales se realicen de manera periódica. Al mismo tiempo la SEE reclama que las defunciones según causa de muerte se consideren datos de interés sanitario, además de estadístico “, y apoya la puesta en marcha del certificado médico de defunción electrónico, que permitiría disponer de estos datos en tiempo real.
También destaca la puesta en marcha, este año, del Sistema de Vigilancia de Infección Respiratoria Aguda (SiVIRA) para la vigilancia conjunta de la gripe, la COVID-19 y la infección causada por el virus respiratorio sincitial (VRS), siguiendo las recomendaciones internacionales del Centro Europeo para la Prevención y el Control de las Enfermedades (ECDC) y de la Organización Mundial de la Salud.
El cambio climático: uno de los mayores desafíos para la humanidad
Otra de las grandes preocupaciones de los epidemiólogos/as durante 2022 fue el cambio climático y sus efectos sobre la salud. Las olas de calor, las sequías, las nevadas súbitas y abundantes, las inundaciones y, en definitiva, los fenómenos meteorológicos extremos, serán cada vez más frecuentes y sus consecuencias pueden ser devastadoras. “Tienen una repercusión muy negativa en enfermedades no transmisibles como el cáncer o las enfermedades del sistema circulatorio. A su vez, al alterar la biodiversidad del planeta, estos fenómenos extremos favorecen la transmisión de determinados microorganismos que causan enfermedades transmisibles y entrañan el riesgo de que reemerjan enfermedades transmitidas por mosquitos o aparezcan nuevos agentes”, advierten.
Tampoco son inocuos el aumento del nivel del mar, la contaminación, el ozono y los incendios, otros de los fenómenos que están poniendo en riesgo la salud de la población. Ante este “desafiante y exigente panorama”, los expertos insisten en que los servicios de salud pública deben reorganizarse y fortalecerse con más financiación y recursos.
La SEE apunta que el cambio climático, que es uno de los mayores desafíos para la humanidad, también aumentará las desigualdades sociales, uno de los principales determinantes de la salud. Afecta también a los desplazamientos de población y al impacto que ello tiene sobre su salud. De acuerdo con los expertos, la disminución de la biodiversidad traerá consigo una disminución en el rendimiento de las cosechas e incluso problemas de seguridad alimentaria. Como consecuencia, aumentará la malnutrición, las diarreas o el paludismo en las zonas con menos recursos; todo ello acrecentado por las desigualdades en salud. Además, el cambio climático unido a la pandemia está agudizando la vulnerabilidad por pobreza energética.
Más recursos y reconocimiento hacia su labor
Con respecto a la epidemiología, los expertos en este ámbito recuerdan que, aunque en los últimos dos años esta rama de la ciencia ha cobrado especial relevancia por la COVID-19, quienes se dedican a la epidemiología no solo trabajan, sino que también investigan en campos tan dispares como el cáncer, las adicciones, los determinantes sociales de la salud, la ética, la salud laboral o la nutrición humana. Y es que, la formación de los epidemiólogos/as es muy amplia y variada, ya que estos profesionales provienen de carreras que van desde la medicina hasta la psicología, pasando por la sociología o la bioestadística, entre otras disciplinas.
No obstante, la visibilidad que han adquirido los epidemiólogos/as en los últimos años no ha ido acompañada de una mejora de las condiciones en las que trabajan. De hecho, reclaman ser equiparados a otros profesionales de la salud en España, lo que requiere más recursos humanos y técnicos y una mayor dignificación y estabilidad en sus puestos de trabajo, así como un mayor reconocimiento a su labor.