En el Día Internacional del Hombre, celebrado el 19 de noviembre, es importante destacar la importancia de la salud masculina, abordando enfermedades vinculadas a la infertilidad masculina y a la calidad espermática, un problema que a menudo se pasa por alto, pero que es cada vez más frecuente y preocupante. De hecho, se estima que aproximadamente 30 millones de hombres en todo el mundo son infértiles, según un estudio llevado a cabo por Eurostat.
En este contexto, se ha observado una disminución significativa en el recuento de espermatozoides en hombres sanos, con una caída del 50%, en las últimas décadas. Sin embargo, el estigma cultural vinculado a la fertilidad y la masculinidad ha llevado a que muchos hombres enfrenten este desafío en silencio, generando un impacto negativo en su salud mental.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha revisado los valores considerados normales en los seminogramas, una prueba que analiza la cantidad, movilidad y calidad morfológica de los espermatozoides, así como características como el volumen, el color, el pH y la viscosidad. Es fundamental que el recuento de espermatozoides sea alto para conseguir una fecundación eficaz, ya que es más posible que llegue uno al óvulo.
En los años 80, los valores normales superaban los 40 millones por mililitro, mientras que en la actualidad se sitúan en 15 millones por mililitro. En este sentido, desde hace más de 10 años, la infertilidad afecta a más del 15% de las parejas, siendo el factor masculino responsable del 50% de los casos, según la OMS.
El estigma cultural que asocia la fertilidad con la masculinidad ha llevado a que muchos hombres enfrenten la infertilidad en silencio, generando un impacto negativo en su salud mental. El hecho de no buscar ayuda provoca que aumenten sus sentimientos de aislamiento y ansiedad. Además, es importante comprender que la falta de esperma no está vinculada directamente con la capacidad sexual ya que esta asociación errónea les puede intensificar emociones como la vergüenza e impotencia.
La mayoría de las parejas podrían necesitar reproducción asistida para el año 2045
Hay varios factores que generan efectos negativos en la fertilidad y contribuyen al bajo recuento de espermatozoides, entre ellos destacan los cambios en el estilo de vida, el auge de sustancias químicas cotidianas y disruptores endocrinos.
“La exposición constante a compuestos químicos, presentes en productos como perfumes y plásticos, interfiere en la producción de hormonas en el cuerpo, afectando a la salud reproductiva. Si no hacemos nada desde el punto de vista medioambiental, la mayoría de las parejas podrían necesitar reproducción asistida para el año 2045”, reconoce la Dra. Crespo, ginecóloga y obstetra especializada en el campo de la reproducción asistida y la medicina reproductiva de alta complejidad en Equipo Juana Crespo.
Una mala alimentación, la obesidad, la falta de actividad física, el exceso de ejercicio, el estrés, el tabaco y el alcohol consumidos regularmente pueden afectar a la cantidad y calidad del esperma. Factores medioambientales, como la exposición a pesticidas, la radiación y la presencia de productos químicos en el plástico, como el ftalato y el bisfenol A, también inciden en la salud reproductiva, llevando incluso a tener efectos negativos en la salud.
“Muchos de los compuestos usados para hacer que el plástico sea más flexible y suave, como los ftalatos, o para hacerlos más duros y fuertes, como el bisfenol A, son disruptores endocrinos consumados. Estas dos sustancias imitan al estrógeno en el torrente sanguíneo y pueden disminuir la testosterona del hombre”, sigue la Dra. Crespo.
Principales causas de infertilidad masculina
Los efectos de la exposición a ftalatos se manifiestan tanto a nivel fetal como en la eyaculación. Este compuesto causa fracturas en el ADN durante la producción de óvulos y esperma, afectando al sistema de reparación, según un estudio publicado en ‘PLOS Genetics’.
Aunque se ha intentado restringir la presencia de DEHP y otros ftalatos, cada año se siguen fabricando aproximadamente 4 millones de toneladas de este producto químico para una variedad de productos, así como envases, herramientas, cosméticos, aspirinas y juguetes.
Los recuentos de espermatozoides bajos también se vinculan con otras circunstancias adversas, entre las que destacan:
Causas endocrinas: Son alteraciones hormonales que afectan a la producción de esperma. La diabetes, los trastornos tiroideos y la hiperprolactinemia son algunas de las causas endocrinas más comunes de infertilidad masculina.
Causas testiculares: Son patologías de los testículos que pueden ser congénitas o adquiridas. Las congénitas, generalmente son por causa genética, incluyen el síndrome de Klinefelter y el síndrome de Noonan. Las adquiridas incluyen el varicocele, el hidrocele, los tumores testiculares y las infecciones. Hay una causa conocida genéricamente como síndrome de disgenesia testicular, que genera mayor propensión a patologías como el cáncer testicular, desequilibrios hormonales, defectos genitales congénitos, y también afecta negativamente la salud reproductiva de la mujer.
Causas postesticulares: Son alteraciones en las vías de salida de los espermatozoides. Incluyen la eyaculación retrógrada, las infecciones bacterianas en los conductos seminales, la impotencia y la aneyaculación.
Causas espermáticas: Es una de las causas más comunes entre los hombres que presentan problemas para concebir. Son anomalías en los espermatozoides, que incluyen la oligozoospermia (baja concentración de espermatozoides en el semen), la teratozoospermia (elevado número de espermatozoides anormales), la astenozoospermia (mala movilidad), entre otras.
Al contario de las prácticas cada vez más comunes entre las mujeres de preservar óvulos para la planificación familiar, es crucial destacar que los hombres no suelen considerar la revisión cuando son jóvenes. Este desequilibrio resalta la necesidad de concienciar sobre la importancia de que ellos también han de tomar medidas proactivas para preservar su fertilidad y abordar posibles problemas en una etapa temprana.