El Síndrome del nido es una conducta que aparece por el aumento de oxitocina, que es la hormona que hace que la mamá muestre más conductas maternales e, instintivamente, prepara todo lo relacionado con la llegada del bebé.
¿El miedo al parto o a convertirse en madre está detrás de este trastorno? Lo cierto es que hay algunas teorías que se basan en esta premisa.
Existen una serie de pistas o señales que nos indican que tenemos el Síndrome del nido. La primera de ella es que no puedes esperar, sientes una necesidad por llevar a cabo inmediatamente las tareas que se te acaban de ocurrir, como fregar, limpieza general, planchar, redecorar, pintar, cocinar…
Por otro lado, también se tiene mucha energía, te crees que tienes fuerzas de sobra para dejar la casa en perfecto estado. Y la obsesión, te fijas constantemente en detalles y rincones de la casa que antes pasaban inadvertidos para ti y se convierten en prioritarios.
A estas señales se une también el hecho de que no le importa la hora y el nerviosismo, porque crees que no te va a dar tiempo a tenerlo todo al cien por cien.
Este tipo de síndrome afecta más a las mujeres primerizas o a las que tienen rasgos de ansiedad. Los papás no lo padecen porque tiene un fuerte componente hormonal.
¿Qué deben hacer las futuras mamás que lo padecen?
- Cargar o mover objetos demasiado pesados.
- Realizar tareas demasiado agotadoras, sobre todo a final del embarazo.
- Subir unas escaleras porque a menudo las mujeres embarazadas sufren una afectación en su sentido del equilibrio.
- Echar mano a productos de limpieza demasiado fuertes que puedan afectar al bebé.
- Obsesionarte con alguna actividad hasta el punto de que no logres conciliar el sueño en la noche.
Recuerda que el embarazo le está exigiendo mucho a tu cuerpo y necesitas descansar y no tomar excitantes como café, teína, chocolate, etc…
Por ello, la mejor forma de afrontar las últimas semanas de embarazo es con relajación, tranquilidad y disfrutando de todas las tareas de la vida diaria, pero, sobre todo, siendo feliz, amando y dejándose amar.
En esta línea, hay unos errores que comenten las mujeres en el último periodo de gestación, como son el estar muy nerviosa y ansiosa, malgastando las fuerzas que luego necesitarás para el parto y los cuidados del bebé recién nacido. Puedes hacer ejercicio suave, caminar, o realizar otras actividades que te gusten.