Salud Pública
El código ictus, ¿qué es y para qué sirve?
El accidente cerebrovascular es una de las principales causas de muerte y discapacidad en España. De hecho, el tiempo entre el inicio de los síntomas y la llegada del afectado al hospital es el factor más influyente en el pronóstico final.
En ese sentido coge un gran protagonismo el Código ictus. Se trata de un sistema de identificación y derivación de pacientes que tiene como objetivo asegurar el acceso, en el menor tiempo posible, de todos los ictus agudos a un centro de referencia en patología cerebrovascular.
Para ello se requiere coordinación, dentro de unos límites geográficos definidos, entre los servicios de emergencias médicas, los centros de atención primaria y los hospitales comarcales, y el centro de referencia de ictus, donde es posible ofrecer una atención especializada y tratamientos específicos a dichos pacientes de forma continuada.
Además, se ha demostrado que la implantación de estos sistemas prehospitalarios ha mejorado tanto en el acceso a una atención médica especializada en la fase aguda como en el pronóstico de la enfermedad.
En este sentido, es importante que se consiga un acceso equitativo, eficaz y lo más precoz posible al centro hospitalario de referencia cuando se produce un ictus agudo.
El ictus es una enfermedad tiempo-dependiente, ya que el pronóstico de un afectado depende, en gran medida, de recibir atención especializada urgente.
Además, las unidades de ictus y la implantación del Código ictus son un modelo de éxito, pues se ha demostrado que mejora el porcentaje de mortalidad y reduce la discapacidad que genera.
En cualquier caso, hay que seguir trabajando para contar con estos recursos en todo el territorio y para concienciar a la población que cada minuto cuenta y que, en este caso, tiempo es cerebro.
Para ello es necesario saber identificar los síntomas y, ante cualquier sospecha, llamar a los servicios de emergencia.
En las últimas décadas, el gran cambio que se ha producido en las acciones de prevención y, sobre todo, en el manejo de los pacientes ha disminuido notablemente la mortalidad y las secuelas.
Lo más interesante de este cambio es que no se debe al descubrimiento de fármacos o de nuevas técnicas quirúrgicas, sino a la mejora en la organización y atención sanitaria.