Conforme han pasado los años, los videojuegos han ganado una gran popularidad. De hecho, más de 500 millones de personas en todo el mundo se entretienen y pasan, al menos una hora, jugando a los diferentes videojuegos que existen. Es más, los que son más fanáticos pueden llegar a pasar hasta 25 horas a la semana.
En este sentido, son muchos los padres que se preocupan por el hecho de que sus hijos estén demasiado tiempo frente a la pantalla y se preguntan los efectos que este tipo de comportamiento puede tener en sus hijos.
No hay duda de que esta practica está asociada con algunos efectos negativos y nocivos para la salud, como el hecho de crear un hábito dañino y fomentar las adicciones. Algunos jugadores están muy involucrados en el juego y se asilan del mundo, incluso pueden sentir que su vida real es el juego.
Además, un estudio realizado a niños de Japón y Estados Unidos indicó que los que prefieren los videojuegos violentos tienen a ser más agresivos en la vida real.
No obstante, no todo es negativo. Los videojuegos también tienen aspectos positivos. ¿Por ejemplo? Aumentan la coordinación entre las manos y la vista, mejoran los reflejos, aumenta la sensibilidad de los contraste y enseña a trabajar en equipo.
Otro efecto positivo se puede encontrar en los juegos “activos”, es decir, aquellos que hacen que el niño se mueva y no esté todo el rato sentado en la silla. Esta tecnología se basa en rastrear el movimiento del cuerpo y la reacción del niño para que juegue de una forma diferente. Es el caso, por ejemplo, de la consola Wii Fit o la Eye Toy.
Otra encuesta, de más de 1.200 estudiantes de secundaria de Montreal (Canadá), mostró que el 25% de los participantes participaban en juegos de ejercicios, lo que conllevaba a casi una hora de ejercicio dos veces a la semana.
Obviamente, este tipo de videojuegos no reemplazan la actividad al aire libre ni un gimnasio, pero, al menos, hacen el ejercicio recomendado, es decir, una hora de actividad física moderada en la mayoría de los días de la semana.
Cuatro riesgos de jugar demasiado a los videojuegos
A pesar de que existen ciertos beneficios, como los que hemos mencionado anteriormente, también existen unos riesgos que se tienen que tener en cuenta.
El primero de ellos son las convulsiones. Aunque no hay evidencia científica de que los videojuegos pueden causar epilepsia tradicional, puede conducir a una epilepsia fotosensible o PSE. Se trata de una forma común de epilepsia causada por estímulos visuales repetidos en forma de patrones regulares durante un tiempo y espacio.
En este sentido, hay momentos en los que ni siquiera el individuo es consciente de que puede sufrir este tipo de epilepsia y, cuando ocurre, normalmente terminan en convulsiones.
Por otro lado, se encuentra la adicción. Los síntomas pueden incluir trastornos de control de impulsos, pérdida o ganancia de peso, falta de higiene personal, disminución de las relaciones interpersonales, patrón de sueño alterado…
Otro de los riesgos es el comportamiento agresivo y los problemas mentales. Según los estudios, los grandes jugadores están más ansiosos y deprimidos, a largo plazo, que aquellos que no juegan. En el caso de los niños, existe el riesgo de ser más impulsivo, más torpe a la hora de socializar y puede tener más tendencia a la adicción con el tiempo.
Además, esto también aumenta la ira irracional y la fobia social, sobre todo si juegan a videojuegos violentos y agresivos.
El último riesgo, y el más extremo, es la muerte. Es muy raro, pero eso no significa que no pueda pasar. Hay personas que, después de jugar hasta 72 horas seguidas, colapsan en el suelo. Esto se produce, en teoría, por insuficiencia cardíaca debida al esfuerzo excesivo, ya que estas personas se pasan las horas sin dormir, comer o ir al baño.