Salud Pública
Cambios en el estilo de vida que ayudan a vivir más tiempo
Las personas que padecen enfermedad mental grave (SMI) tienen a vivir menos años que la población en general. De hecho, algunas investigaciones sugieren que, en un promedio, las mujeres viven 12 años menos y los hombres hasta 13.
No obstante, un nuevo estudio de investigadores de Reino Unido encontró que existen tres problemas de salud que si se reducen, se podría reducir esta brecha significativamente.
La mitigación de los comportamientos poco saludables, la infrautilización de los servicios médicos y el aislamiento social pueden extender la vida de las personas con SMI entre cuatro y siete años.
Además, estos tres problemas son factores de riesgo para la longevidad de cualquier persona.
Los investigadores del estudio señalaron que aproximadamente el 80% de las personas que viven con SMI mueren de enfermedades cardíacas, respiratorias, diabetes, cáncer y trastornos digestivos. Puede ser que, al enfocarse en el tratamiento de SMI en este tipo de personas, los profesionales de la salud ignoren, involuntariamente, estos problemas de salud a largo plazo.
Las tres áreas problemáticas
Los investigadores realizaron un análisis de los datos disponibles del estudio en un esfuerzo por ayudar a guiar las políticas de salud pública. El objetivo era determinar el efecto de tener estos factores de riesgo bajo control en la vida de las personas con SMI.
Así, encontraron que la mejora en estas áreas se tradujo en una ganancia en la esperanza de vida. Al final del estudio, el equipo dividió los problemas en tres categorías:
- Comportamientos poco saludables, como fumar y llevar un estilo de vida sedentario.
- Factores de atención médica, que incluyen no aprovechar las terapias disponibles, como medicamentos o acceso a recursos de atención médica.
- Determinantes sociales, como el aislamiento resultante del estigma y la exclusión de las actividades sociales.
Además, rastrearon los beneficios para la salud de un mejor acceso a los medicamentos antipsicóticos y dejar de fumar. También analizaron los efectos de participar en programas de ejercicio y programas educativos que apuntan a reducir el aislamiento social.
Por otro lado, señalaron que los esfuerzos para dejar de fumar llevaron a una mayor esperanza de vida de 2 años y 5 meses para las personas con esquizofrenia y 1 año y 1 mes para las personas con trastorno bipolar.
Del mismo modo, ayudar a las personas con trastorno bipolar a llevar un estilo de vida menos sedentario aumentó su esperanza de vida en 1 año y 3 meses.
Si bien existen beneficios obvios para la mejora en cualquiera de estas áreas, los investigadores vieron el efecto más profundo en los casos en que hubo un manejo efectivo de las tres.
SMI puede aparecer en cualquier momento de la vida, y los investigadores encontraron un cambio positivo en la longevidad cuando el manejo de las tres áreas estaba en un lugar temprano.
Al considerar un escenario que involucraba abordar todos estos factores, los investigadores vieron que la esperanza de vida aumentó en 4 años para las personas con trastornos bipolares y en 7 años para las personas con esquizofrenia.
Para las personas mayores de 65 años con SMI, los autores también notaron los beneficios de tomar el control más adelante. Los datos mostraron un aumento de 3 años en la esperanza de vida de los adultos mayores con trastorno bipolar y de 4 años para aquellos con esquizofrenia.
Los hallazgos de los investigadores indican que los proveedores médicos deben considerar una visión holística de sus pacientes con SMI.