Alivian el sentimiento de soledad, disminuyen los niveles de estrés y refuerzan la autoestima. Esas son algunas de las causas por las que es bueno para la salud emocional convivir con animales y, en concreto, con los perros.
Algo que está científicamente comprobado, puesto que son varios los estudios que se han llevado a cabo en torno a este tema y, algunos de ellos, aseguran que la gente que vive con perros tiene un menor riesgo de sufrir una enfermedad cardiovascular.
Por ejemplo, la Universidad de Uppsala, en Suecia, investigó la relación existente entre un perro y la enfermedad cardiovascular incidente. Un estudio que proporcionó evidencias de que quienes conviven con un perro tienen menor riesgo de morir por una enfermedad cardiovascular o por otras causas.
Pero, ¿por qué?
En primer lugar, porque interactuar con cachorros le da a las personas un buen chute de oxitocina, también conocida como “la hormona del abrazo”, que promueve el alivio del estrés y reduce la presión arterial.
Además, ser el dueño de un perro también requiere un incremento en la actividad física, puesto que, generalmente, se tiene que sacar a pasear al exterior, lo que también supone que la persona haga ejercicio y se mueva.
Adicionalmente a esto, la persona también pasa más tiempo fuera, lo que también tiene un impacto positivo al estar relacionado directamente con la salud cardiovascular.
Sin embargo, como muestran muchos estudios, la mayor ventaja de tener un perro es que afecta positivamente a la salud mental, puesto que supone un descenso de la depresión y de la ansiedad.