Psicología
Situaciones Vitales Estresantes
El estrés es una respuesta de nuestro organismo ante las amenazas que percibimos en nuestro entorno y de las amenazas que nacen en nuestra mente (preocupaciones y anticipaciones).
La respuesta de estrés, está pensada para que dure un período de tiempo corto, ya que se encarga de revolucionar todo nuestro cuerpo, moviliza mucha energía, cambia el funcionamiento endocrino y hormonal, alterando el funcionamiento del cuerpo.
Pero en el siglo XXI, vivimos en una noria de estrés donde nos acompaña de manera habitual, es cíclico y puede llegar a durarnos mucho tiempo (desde meses hasta años).
Y el problema es que cuanto más tiempo pasamos viviendo en modo “lucha-huida”, más cambiamos los patrones básicos de nuestro cuerpo: la respiración, el latido de nuestro corazón, el funcionamiento del sistema inmune, el del sistema endocrino y reproductivo, etc.
Y esos cambios que pueden ser temporales, si no hacemos nada, comienzan a crear un patrón de funcionamiento del sistema nervioso, que va a influir en nuestrsa vida física y mental.
Pero hoy no quiero hablarte de las consecuencias del estrés. Hoy vengo a compartir contigo algo diferente… las causas del estrés.
Las causas del estrés
Para la psicología, el estudio del estrés es muy interesante porque podemos comprender cómo lo que pensamos y sentimos, tiene un efecto directo en nuestro cuerpo.
Tras muchas décadas de estudio, algunos autores se centraron en las situaciones que pueden llevarnos a experimentar estrés.
Y si no sabemos nada del estrés, lo primero que diremos será que lo provocan las situaciones negativas de la vida.
Pero… ¿y si te dijera que situaciones aparentemente positivas también nos causan estrés?
Tal vez no me creerías, pero así es.
La clave en el estrés no está en la valoración que hacemos del acontecimiento vivido (“bueno o malo”), sino en el grado de amenaza que sentimos hacia esa situación y la valoración que hacemos del esfuerzo necesario para lograr un resultado positivo.
En los años 70, Holmes y Rahe, hicieron una escala para valorar el impacto de ciertas situaciones vitales y el grado de amenaza que supone para los humanos.
A continuación, te dejo una imagen donde puedes ver esta categorización.
Si has repasado la tabla, habrás comprobado que hay muchas situaciones que obviamente nos provocan estrés y malestar, como el fallecimiento de un querido, la pérdida del trabajo o incluso problemas legales.
Pero también habrás visto otras situaciones que potencialmente pueden ser estresantes, como convertirte en padre o madre, casarse, jubilarse, el nido vacío, alcanzar una meta soñada o incluso vivir ciertas fiestas del año como Navidades o vacaciones.
Con esto quiero que sepas que cualquier situación de la vida que sea un reto o a la que debamos adaptarnos, potencialmente puede crearnos estrés. Pero es importante la palabra “potencialmente”.
Y esa palabra es tan importante porque se responderá con estrés o sin él, dependiendo de cómo interpreta ese acontecimiento la persona y la valoración que hará de sus recursos para afrontar esas situaciones.
Por ejemplo, casarse es algo positivo, pero requiere muchos preparativos que pueden desestabilizarnos. Algo parecido ocurre cuando nos convertimos en padres… porque toda nuestra vida cambiará y deberemos adaptarnos. Y en cuanto a alcanzar nuestras metas soñadas, en ocasiones idealizamos llegar a la meta y nos olvidamos del esfuerzo que tendremos que hacer para mantenernos en ella.
Pero esto depende de cada persona. Por eso el estrés es único en cada persona, porque es producido por cosas diferentes, activa diferentes miedos y también permite poner en práctica los recursos de afrontamiento que cada cual ha ido aprendiendo a lo largo de la vida.
Te invito a que reflexiones sobre aquellas situaciones que te han provocado habitualmente estrés. Observa la tabla que he compartido contigo, así tendrás una guía.
¿Ahora ya sabes qué situaciones potencialmente pueden provocarte estrés?