Psicología

Las metas del nuevo año

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Cada nuevo año, los humanos nos solemos proponer nuevas metas. Creo que nos llena de esperanza saber que tenemos otros 365 días por delante para cambiar nuestra vida.

El problema está en que en ocasiones, las metas que nos planteamos rayan la ciencia ficción. Solemos cometer bastantes errores cuando dejamos que nuestra imaginación vuele. Y solemos sobreestimar nuestro tiempo y capacidades para establecer hábitos cotidianos.

Las metas conscientes

Por todo lo anterior, creo que necesitamos plantearnos metas conscientes, que consisten en…

Identificar lo que deseamos cambiar:Este es el primer paso y fundamental, porque si no sabemos qué queremos cambiar, no sabremos qué hacer a continuación. Necesitamos ponerle un nombre a lo que no funciona del todo o no nos satisface y por eso te recomiendo que te hagas una lista de las cosas que deseas cambiar.

Tener en cuenta tus capacidades: Cuando hagas esa lista que te he sugerido, ten en cuenta el tiempo libre que sueles tener, las responsabilidades habituales y tu necesidad de descanso. Si no tienes en cuenta todas estas cosas, harás una lista con 10 cambios que será difícil de alcanzar. Es mejor ir poco a poco, por eso no te plantees más de 3 metas.

También debes tener en cuenta tus capacidades y el nivel desde el que comienzas esa nueva meta. No es lo mismo empezar de cero a hacer ejercicio que aquella persona que está acostumbrada. Las metas se deben adaptar a las capacidades que vamos adquiriendo a lo largo del tiempo. Por eso han de ser metas paulatinas y escalables.

Traza un plan: Una vez que tengas tus 2 o 3 metas definidas para el nuevo año, traza un plan. Este plan puede consistir en hacer una lista de los pasos graduales que tendrás que ir aplicando en tu día a día para alcanzar tu meta final.

Si solo tienes en mente la meta final, es probable que te agobies porque parece que es como escalar el Everest. Por eso te recomiendo que dividas esa meta, en sub-metas más pequeñas que puedas ir alcanzando a lo largo del tiempo.  Incluso puedes planificar en qué meses dar cada paso… eso depende de ti.

Plantea metas intermedias: Cada vez que logramos un paso de nuestro camino del cambio, nos recargamos de energía para continuar hacia delante, para dar el siguiente paso. Por eso es importante que crees sub-metas, porque de esta manera te motivarás y será más fácil que sigas adelante.

Celebra cada paso dado: Cada paso que das, cada sub-meta lograda, debe ser celebrada porque así refuerzas tu tolerancia hacia los cambios graduales. Porque la realidad es que todos queremos lograr las cosas de manera rápida y si puede ser sin mucho esfuerzo, mejor. Nuestra sociedad hiper-tecnológica nos anima a ello, pero nuestra mente necesita cambios graduales, lentos, paulatinos.

Solo así podemos crear hábitos. La mente humana es maravillosa, pero debemos conocerla bien para adaptar lo que hacemos, pensamos y sentimos, a su manera de funcionar. Porque los humanos no somos máquinas y por eso necesitamos descansar y recuperar nuestra energía cuando se agota.

Y una de las cosas que debes saber, es que debemos motivarnos por medio de los pensamientos y el auto-diálogo, diciéndonos cosas que nos animen y nos reafirmen en nuestra capacidad para alcanzar lo que nos proponemos. Está bien que te digas cosas como: “Lo estás haciendo genial”.

Mantén la paciencia: Creo que esta es la gran prueba a la que nos sometemos cada año nuevo con las metas planteadas. Porque sin paciencia y calma, abandonaremos todo lo que nos propongamos, da igual lo que sea. La paciencia no es esperar y desesperarte en el camino, la paciencia es una espera llena de esperanza y confianza. Es saber que todo está saliendo como debe salir, es confiar plenamente en nosotros.

Ajusta tus metas: Solemos plantearnos una meta y dejarla igual hasta que la logramos o la abandonamos. Solemos ser muy rígidos con nuestras metas, como si no estuvieran vivas. Lo cierto es que nuestras metas cambian a lo largo de los meses y ajustarlas es lo natural y saludable.

Ten en cuenta que tu mente tiende a imaginar cosas que no siempre se pueden alcanzar en la vida cotidiana. Con las metas ocurre lo mismo, por eso con cada paso que vayas dando, adapta tus metas, modifica el tiempo en que lo podrás lograr, cambia la dificultad inicial y sé flexible para adaptarte al cambio eterno que se produce en ti y en la vida.

El auto-cuidado como camino

Alcanzar las metas que son importantes para ti, no está reñido con el auto-cuidado, de hecho creo que las metas pueden ser una fuente de auto-cuidado y auto-conocimiento muy grande.

La clave para cuidarte al tiempo que vas logrando avances en tus metas, es que no seas demasiado exigente contigo mismo. Sé comprensivo y amable con tus circunstancias vitales, con tus capacidades y tiempo disponible.

Cuando ajustas tus metas y eres flexible, te estás cuidando, respetando y queriendo.

Y si quieres, puedes incluir algunas metas que te ayudarán a crecer interiormente y a conocerte mejor, como… meditar, aprender a relajarte y a respirar, acudir a un psicólogo, aprender sobre atención plena y cambiar poco a poco la graduación de las gafas a través de las que ves la vida, el mundo y a ti mismo.

Si necesitas ayuda para trazar tu plan de metas para este nuevo año o simplemente quieres conocerte más, yo estaré encantada de acompañarte en el camino. Haz click aquí y dime cómo puedo ayudarte.

Todo es posible, mantén la confianza en ti

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