La vida gira rápido. Tanto que parece que el tiempo vuela, como si una vuelta completa al sol fuera más rápida hoy que hace décadas. Y el tiempo va tan rápido, que hemos vuelto a llegar a las Navidades… un año más de anuncios de perfumes en bucle, un año más de cenas copiosas, un año más de luces y árboles de navidad.
Las fiestas navideñas han cambiado con el tiempo. El paso del tiempo es imparable y nos hemos ido acomodando a navidades diferentes… más tecnológicas y menos emocionales.
Debo reconocer que para mí, las fiestas navideñas han perdido gran parte de su magia. En parte porque la vida adulta es lo que trae, pero en parte por asumir un extra de trabajo. Y debo admitir que a veces me pierdo en los preparativos de las comidas y las cenas. Y que acabo exhausta tras la cena del 31 de diciembre, una noche que parece más corta por la llegada de las uvas de medianoche.
Pero también hay cosas que me gustan de la navidad… me gusta decorar la casa con el árbol y sus luces danzarinas, me gusta regalar cosas a mis seres queridos, me gusta que mi madre y yo hagamos las tradicionales pastas alemanas de almendras que hacemos cada año.
Porque soy muy hogareña y familiar. Disfruto compartiendo mi tiempo con quienes quiero. Y es cierto que algunos años pesa más el cansancio y el agobio que el disfrute. Pero este año estoy intentando vivirlas de otra manera.
Creo que podemos decidir cómo vivimos las Navidades, porque todo depende de nosotros.
Las navidades en el presente
Para este experimento que voy a hacer este año, seguiré algunos pasos. Los comparto contigo por si tú también quieres probar…
Iré paso a paso: Creo que el error que he cometido otros años, ha sido anticipar la avalancha de cosas que tendré que hacer en las fechas navideñas. Y esa anticipación me lleva a desear que pase el tiempo rápido para volver a mi ritmo de vida habitual.
Este año estoy yendo poco a poco, sin agobiarme. Voy paso a paso, sin anticipar lo que llegará, viviendo en el momento lo que me toca vivir, planificando las fiestas pero desde mi calma, desde mi presencia.
Me centraré en las pequeñas cosas: Las navidades suelen agobiarnos porque pensamos en todas las cosas que tendremos que hacer y todo el trabajo que tendremos que realizar. Y es que durante tres semanas, tenemos cinco días de fiestas, de preparaciones y de compañía.
Y cuando pienso en las navidades como esos cinco días de fiesta, mi mente se satura. Por eso tengo que centrarme en las pequeñas cosas.
Cosas como la mesa de la cena de Nochebuena, del mantel y el centro que pondré. También me centro en las luces del árbol, que danzan alegremente, me fijaré en el sonido de las conversaciones de la mesa, formando parte de la celebración aunque un poco distanciada para conectar conmigo.
Y si me centro en estas pequeñas cosas, las navidades se hacen más llevaderas, porque me gustan estas sensaciones.
Disfrutaré de la compañía: En mi caso, las personas con las que me reúno en Navidad, son familiares que nos vemos de manera habitual. Pero este año quiero disfrutar de la compañía, porque creo que es una fortuna poder compartir nuestro tiempo con otras personas. Y aunque yo soy más de escuchar que de hablar, quiero estar plenamente presente.
Recordaré a quienes ya no están: Las navidades también traen hasta mí cierta melancolíapor aquellos que ya no están aquí. Y es que en estas fiestas, añoro más a mis abuelos. No es el primer año que celebro las navidades sin ellos, pero las cenas familiares no son iguales sin ellos.
Y siento que está bien recordarles, que está bien sentir melancolía y que las lágrimas lleguen a mis ojos cuando les recuerdo. Porque esas lágrimas hablan de amor… un amor que no desaparece con la muerte, un amor que se hace incluso más fuerte por su ausencia y me doy cuenta de lo afortunada que he sido por poder disfrutar de ellos hasta mi edad adulta.
Mis abuelos siempre están presentes, siempre están en mi corazón.
Viviré en el presente: Este es mi objetivo y lo lograré con los pasos anteriores, porque todos ellos me re-conectan con la vida, con las luces parpadeantes, con el calor compartido en familia, con el recuerdo de quienes estarán por siempre en mí.
Porque vivir en el presente, se hace desde nuestra presencia consciente, decidiendo fijarnos en lo que nos aporta la Navidad y no tanto en lo que nos roba.
La navidad es un momento ideal para vivir aquí y ahora, porque el presente es un regalo… como la vida.
Tú decides cómo vivirás estas Navidades… hazte consciente.
Vive las navidades desde tu corazón, desde tu presencia