Para poder vivir en este mundo tridimensional, nuestra mente ha creado una construcción llamada “yo”. A través de este “yo”, nos conocemos y nos relacionamos con los demás.
Solemos creer que este “yo” existe, que en realidad es nuestra esencia. Sin embargo desde el budismo, nos dan una idea alternativa… que el “yo” es solo una proyección de la mente y que sin ella no existiría.
“YO” = Proyección de la mente
Solemos pensar que este “yo” que somos, nuestra identidad, personalidad y manera de ver la vida, existe más allá de la mente. Sin embargo los budistas nos dicen que no es así.
Este personaje que has construido toda tu vida, no es independiente de la mente, de hecho es una proyección de esta.
Desde el budismo se dice que el “yo” es construido mentalmente y está vacío de existencia inherente, es decir, que depende de nuestra mente para existir. La buena noticia es que podemos modificar nuestra mente y por eso nuestro “yo” cambia continuamente (Zopa Rimpoché, L., 2019).
Tenemos miedo de cambiar, especialmente cuando se produce un cambio interno y profundo en nosotros, porque sentimos que estamos desapareciendo, que nos estamos diluyendo. Y eso nos hace tener mucho miedo, porque si dejamos de ser quienes somos… entonces, ¿quiénes seremos?
Creo que en occidente tenemos una relación insana con el cambio. Vemos en él a nuestro enemigo en lugar de algo natural. Porque el cambio es natural, está por todas partes y es bueno, porque de esa manera podemos abandonar el dolor, el sufrimiento, la ansiedad, el estrés y la depresión.
En realidad el cambio nos llena de esperanza
Y el cambio profundo, no solo modifica nuestras emociones, también cambia nuestra personalidad, nuestra manera de ver la vida. Es decir, que cambia nuestro “yo”.
A veces nos aferramos tanto a la persona que fuimos, que nos perdemos y sufrimos profundamente. Y lo que nos hace sufrir no es el cambio en sí mismo, sino nuestro deseo de seguir estáticos, de resistirnos a una evolución que es natural en nosotros.
Seguramente te ha ocurrido alguna vez, que has cambiado internamente… tal vez de manera consciente o tal vez ha sido la vida la que te ha moldeado. El caso es que el cambio se ha producido, pero hay personas que te siguen tratando como la persona que eras y eso te llena de rabia, porque no ven en ti lo que tú sabes de ti mismo.
Cuando esto ocurre, debes mantener la paciencia. Dale tiempo a la otra persona a que actualice la idea que tiene de ti y mientras tanto, compórtate como la persona que eres ahora.
De paso, actualiza también el concepto que tienes de ti mismo, porque tal vez los otros no vean tu “yo” actual porque te resistes a mostrarlo o a vivir desde él.
La relación con tu “yo”
Buda decía que la única manera de hallar nuestra felicidad es abandonar ese “yo” que es infeliz, pues cuando renunciamos a él, en nuestro interior solo queda la serenidad y pura conciencia. Nuestra felicidad y fin del sufrimiento, dependen de que nos abandonemos al presente, que dejemos a un lado la planificación excesiva que solo trae preocupación, liberándonos así del sufrimiento (Khema, A., 2013).
Jose Javier García Campayo, dice que cada ser humano, desarrolla una relación concreta con su “yo”, aunque puede variar entre dos extremos (García Campayo, J., 2020):
- Completa identificación con el “yo o ego” que vive en la mente y el cuerpo, así como con los roles sociales que cada cual interpreta en esta vida.
- Reconocer que el “yo o ego”, es insustancial e impermanente (cambia constantemente). En este caso, nos identificamos con una consciencia no personal, no limitada al cuerpo y mente actuales. Esta idea del “yo” suele surgir cuando elevamos nuestro nivel de conciencia y desarrollamos nuestra espiritualidad.
Observa a qué extremo te aproximas más y decide si quieres continuar ahí o si quieres avanzar.
En algunas ocasiones, el personaje que he creado en esta vida, me impide ver las cosas desde una perspectiva más amplia. Por eso me resulta muy útil salir temporalmente de mi “traje del yo” para recordar que no siempre tengo la razón y que veo las cosas como soy yo, no tal y como son en realidad.
En ocasiones es necesario distanciarnos del “yo” para ver con más claridad y para que nuestra mente racional nos deje espacio y tener una perspectiva más amplia acerca de la vida y de nosotros mismos.
Si quieres desarrollar un nuevo “tú”, yo puedo ayudarte. Puedes hacer click aquí y contarme qué quieres cambiar.
La próxima vez que te aferres a una idea o pensamiento… recuerda que todo cambia, incluso tú
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García Campayo, J. (2020). Vacuidad y no-dualidad. Meditaciones para deconstruir el “yo”. Barcelona editorial Kairós.
Khema, A. (2013). ¿Quién es mi Yo? Las enseñanzas originales del Buddha sobre la conciencia. Barcelona, Editorial Kairós.
Zopa Rimpoché, L. (2019). Las Cuatro Nobles Verdades. Una guía para la vida cotidiana. Barcelona, editorial Kairós.
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