La comunicación forma parte de nuestra humanidad.
Nos ayuda a compartir quiénes somos y lo que queremos en la vida. Nos conecta con otras personas y nuestras palabras son capaces de cambiar el mundo.
Solemos hablar mucho, pero en ocasiones nos ocultamos. Ocultamos lo que sentimos por miedo a mostrarnos vulnerables y que otras personas se puedan aprovechar. Ocultamos nuestros pensamientos porque creemos estar fuera de la realidad. Ocultamos nuestras emociones porque alguien nos dijo una vez, que debíamos esconder lo que sentíamos.
¿Qué es la comunicación emocional?
Nuestras emociones nos guían y también nos ayudan a que otras personas nos conozcan mejor, nos comprendan y entiendan mejor lo que hacemos.
La comunicación emocional supone hablar desde tus emociones. Haciendo explícito lo que sientes, en lugar de dar por supuesto que el otro sabe lo que sientes o que debería saberlo.
El mundo emocional es tan complejo, que a veces ni nosotros mismos sabemos lo que sentimos, por eso es importante que en nuestras relaciones de pareja, familiares o con amigos, podamos comunicarnos desde lo que nos hace únicos.
Creo que lo ideal es una comunicación emocional consciente, es decir, identificar lo que sentimos y compartirlo con los demás cuando sentimos que es apropiado o que permite que la otra persona nos conozca mejor.
Muchas veces, al poner en palabras lo que sentimos, nos hacemos realmente conscientes de las emociones que hay en nosotros. Y compartir esto, nos ayuda a tomar cierta distancia de nuestros problemas y emociones, viendo la situación desde una perspectiva más amplia.
Esta perspectiva más amplia, nos ayuda a encontrar soluciones a los problemas que antes parecían irresolubles.
También es cierto que debemos ser cuidadosos con lo que decimos y con las palabras que usamos, porque nuestro universo emocional es tan complejo, que a veces no podemos definir nuestras emociones con una sola palabra. Por eso debemos describir lo que sentimos en base a metáforas o acudiendo al cuerpo para comprender mejor cómo sentimos las emociones.
Te aconsejo abrir tu corazón con las personas con quienes tienes confianza. Comunica cómo te sientes y lo que necesitas, pero hazlo de manera consciente y con calma.
Cómo comunicarte desde tus emociones
Creo que la comunicación es un proceso y por ello te voy a hablar de algunos pasos que para mí son esenciales en la comunicación emocional…
Comprende tus emociones: El primer paso antes de compartir con otros lo que sientes, es hacerte consciente tú mismo de tus emociones. Y para ello, debes observar tu mundo emocional, conectándote con él, viviendo desde él.
A mí hay algunas cosas que me ayudan a observar mejor mi mundo emocional: la meditación, hacer ejercicios de respiración consciente, dedicarme tiempo para mí para leer o escribir, pasear o contemplar la naturaleza. Y a ti, ¿qué cosas te ayudan a conectarte a tu universo emocional?
Respira y regula tus emociones: Las emociones son tan intensas en ocasiones, que tenemos que aprender a regularlas antes de poder comunicarlas a otros. Porque cuando sentimos las emociones tan intensas, nos pueden secuestrar o arrasar y en esas situaciones no podremos hablar desde la calma sino desde la angustia o el enfado.
La ira es el mejor ejemplo de lo necesario que es regular nuestras emociones antes de hablar. Porque cuando la ira está en nosotros, sentimos un fuego interior que deseamos sacar e incluso arrojar a aquella persona que nos ha herido o que no nos respeta. Sin embargo esta conducta nos va a traer muchos conflictos y problemas. Por eso es importante que apagues tu fuego de la ira antes de decir alguna palabra.
La mejor manera de apagar ese fuego que nace en ti, es a través de la respiración. Y si no es suficiente, sal a caminar un rato y permite que la ira se calme poco a poco.
Comunica tus emociones: Como te dije antes, ningún humano es adivino, aunque es cierto que hay personas más empáticas o intuitivas, pero no es lo habitual. Por eso, si quieres que alguien sepa lo que sientes, no tienes más remedio que verbalizarlo. Eso sí… hazlo a través de la siguiente fórmula…
Los mensajes “YO”: Esta fórmula es muy sencilla, consiste en expresar tus emociones empezando la frase por… “Yo me siento…”. Ten en cuenta que muchas veces hablamos de nuestras emociones culpando al otro de lo que estamos sintiendo y eso no es comunicarnos emocionalmente, es herir al otro a través de nuestras emociones.
Para comprender mejor esto, te voy a poner un ejemplo… Tal vez digas algo como “Me estás enfadando con tu comportamiento”. Esta frase no te hace responsable de lo que sientes, sino que culpas al otro de lo que estás sintiendo.
Y lamento decirte que esto no es así… las emociones son tuyas, aunque puedan quedar influidas por el comportamiento de los demás. Por eso sería mejor decir algo como… “Yo me siento enfadado porque lo que estás haciendo no me gusta”. Esta frase es mucho más clara, te permite responsabilizarte de lo que sientes y además dejas claro que lo que no te gusta de la otra persona, es su conducta, no cómo es él o ella.
Como puedes comprobar, la comunicación emocional es sencilla, pero requiere observación y saber que las emociones que sentimos, nos pertenecen a nosotros y a nadie más.
Escucha de manera activa y consciente: La comunicación está formada por el habla y por la escucha. Tal vez pienses que es más importante hablar que escuchar. Yo creo lo contrario.
Porque cuando comunicamos a alguien lo que sentimos, esperamos una respuesta por su parte, esperamos que nos apoye o que nos aporte una perspectiva diferente, esperamos consuelo y apoyo. Y para recibir todo esto, debemos estar abiertos a la escucha.
Cuando escuchamos, aprendemos de otros, nos convertimos en observadores de otras realidades o de otras maneras de ver la vida. Por eso te recomiendo que escuches atenta y conscientemente.
Reflexiona e integra: Tras conversar con alguien y sincerarte, te recomiendo que te tomes un tiempo para reflexionar en lo que te ha dicho la otra persona. Porque puedes aprender de todo lo que te pasa y de todo lo que te dicen los demás.
No te ocultes, no tengas miedo. De tu vulnerabilidad nace tu fortaleza