Psicología
Cómo entrenar el nervio vago
Nuestro cuerpo tiene más de 30 nervios. A través de ellos, nuestro cerebro es informado de todo lo que ocurre en los órganos. A nuestro cerebro le encanta estar informado de todo.
Hoy quiero hablarte de un nervio muy especial e importante: el nervio vago.
Es el nervio más largo de nuestro cuerpo, nace en el tronco del encéfalo, lugar donde la médula espinal termina y comienzan las áreas más antiguas del cerebro. Se encarga de funciones automáticas que nos permiten vivir. Este nervio tiene dos ramas, una para el lado derecho del cuerpo y otra para el lado izquierdo.
No te dejes engañar por su nombre, porque este nervio no tiene nada de vago.
Su nombre proviene del latín “vagus”, que significa errante, explorador o vagabundo. Los primeros médicos que estudiaron este nervio decidieron llamarlo así porque sus conexiones se expanden por casi todos los órganos.
Entre las funciones de este hiperactivo nervio, se encuentran: regular el latido del corazón, la frecuencia a la que respiramos, poder tragar la comida, controla el hambre y la saciedad, la contracción y dilatación de los vasos sanguíneos, la digestión, coordina la desintoxicación del hígado y los riñones, la producción de saliva y de lágrimas, el pestañeo, la dilatación y contracción de las pupilas, la excitación sexual y orinar.
En aquellos pacientes que tienen epilepsias resistentes al tratamiento con fármacos, se les puede introducir un estimulador del nervio vago. El objetivo es que este dispositivo se active en el momento en que se está produciendo una crisis epiléptica, para frenarla.
Funcionamiento erróneo del nervio vago
Lo habitual es que este nervio funcione bien, pero en ocasiones puede dejar de funcionar correctamente porque se alteran algunas de nuestras funciones corporales, entre ellas…
Respirar: La respiración disfuncional envía información errónea al nervio vago y altera su funcionamiento. En el siglo XXI, solemos respirar de manera superficial, sin usar toda la capacidad de nuestros pulmones. Y esto envía la información de que estamos estresados y existe una amenaza a nuestro alrededor. El estrés altera el funcionamiento del nervio vago.
Frecuencia cardiaca disfuncional: Una de las funciones del nervio vago, es regular la frecuencia a la que late tu corazón. La variabilidad de la frecuencia cardiaca (el tiempo que transcurre entre un latido y el siguiente), es un indicador de salud física y emocional, de modo que cuanto mayor es tu variabilidad cardiaca, mayor salud tienes. Cuanto más baja es tu frecuencia cardiaca (menos latidos por minuto), más fuerte es tu nervio vago.
La Voz: Un signo de que el nervio vago no está funcionando de la manera adecuada, es un tono de voz monótono, sin apenas cambios, subidas y bajadas del tono a lo largo de una conversación o al hacer preguntas.
Digestión: El nervio vago controla todo el proceso digestivo. Problemas con la digestión, estreñimiento o diarrea, pueden ser señales de que el nervio vago no está funcionando de manera óptima.
Microbioma: Si la colonia de bacterias que vive en tu intestino no es la adecuada o no funciona bien, el nervio vago no recibirá bien la información que recaba de esta zona de tu cuerpo. Y la microbiota es muy importante para tu salud emocional.
El estrés: Mantener al cuerpo de manera crónica en un estado de elevado estrés, hace que el nervio vago no funcione de manera óptima.
Entrenando nuestro nervio vago
Podemos entrenar a nuestro nervio vago para que se fortalezca y lo podemos hacer de manera consciente.
Respiración abdominal: El nervio vago toma información de tus pulmones y una buena manera de ejercitar tus pulmones, corazón y nervio vago, es por medio de la respiración abdominal.
Esta respiración consiste en llevar todo el aire que inspiras hacia el fondo de los pulmones, lo que hará que tu diafragma se aplane y tu abdomen se infle. Para espirar, deberás vaciar tus pulmones de abajo hacia arriba, llevando tu abdomen hacia dentro, momento en que tu diafragma volverá a su forma de puente habitual.
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Rutina de sueño: El sueño profundo y reparador, es el que mantiene en forma al nervio vago y le prepara para afrontar un nuevo día lleno de actividad. Algunas pautas que puedes seguir, son: tener unos horarios claros a la hora de dormir, descansar durante al menos 8 horas, evita comer unas horas antes de irte a dormir, evita exponerte a la luz de las pantallas retroiluminadas de los dispositivos móviles antes de dormir, duerme sobre tu lado derecho para que el corazón funcione mejor.
Canta, trararea: El nervio vago también se extiende por la laringe y las cuerdas vocales. Cuando estimulas los músculos sobre los que se asienta este nervio, estás entrenándole y haciéndole más fuerte. Cuando cantas y recitas, se activan los músculos de la laringe, vibran y envías información al nervio vago. Otra manera de fortalecerlo es cantando el mantra “OM”.
Ríete: Reír es muy necesario, especialmente cuando vivimos en un mundo tan estresado, ansioso y triste como en el que vivimos en ocasiones. La risa ejercita el nervio vago porque cuando nos reímos, tenemos que regular nuestra respiración y solemos usar el diafragma.
Vive en el presente: Regula tus emociones, modifica tus pensamientos negativos, reduce tu estrés y ansiedad, tómate tiempo para ti, descansa y disfruta de cada momento de tu vida. Todas estas cosas fortalecerán tu nervio vago y también cambiarán tu vida.
Ahora ya lo sabes… puedes fortalecer tu nervio vago desde dentro