Vivir en tiempos de pandemia, no es nada fácil.
La verdad es que nunca me había planteado la posibilidad de vivir una pandemia mundial, pero la vida suele traer hasta nosotros cosas que nos ayudan a profundizar más.
Creo que vivir una pandemia en el siglo XXI es diferente a vivirla en otra etapa de la historia, pero aun así el sufrimiento persiste, porque nuestro avance tecnológico no puede acabar con esta experiencia propiamente humana.
Una de las cosas que la pandemia por Covid-19 ha traído hasta nosotros, ha sido la extraña idea de que somos vulnerables, frágiles.
Y esa idea no nos gusta nada, porque hemos crecido pensando que tenemos que ser invencibles, que sufrir no sirve de nada y que debemos esconder nuestra sensibilidad.
Sobre la vulnerabilidad y fragilidad
Eres vulnerable, eres frágil… yo también lo soy y siento que esa fragilidad me hace más fuerte.
En mi trabajo, veo cada día cómo mis pacientes luchan contra su vulnerabilidad porque les hace sentir incapaces de controlar nada de lo que les ocurre. Y esta resistencia hace que la vulnerabilidad se haga más fuerte, porque cuando rechazamos algo, le estamos dando vida.
Nuestro cuerpo es vulnerable. Esto nos lo está mostrando, con especial crudeza a veces, la pandemia. Porque un virus invisible es capaz de penetrar en nuestro cuerpo y crear una gran revolución.
Nuestra mente también es vulnerable, por eso el miedo se puede transformar en ataques de pánico, por eso las emociones crean somatizaciones, llegando a dolernos el cuerpo además del alma.
Sentimos que nuestra vulnerabilidad nos marca como humanos poco deseables o como seres que no merecen nada en la vida. Yo siempre he pensado que de nuestra vulnerabilidad, nace nuestra fortaleza.
Piénsalo un poco con detenimiento…
Sin los retos y obstáculos de la vida, ¿habrías decidido conocerte mejor? ¿Habrías sido capaz de aprender lo que has aprendido para afrontar los desafíos de la vida? ¿Habrías cambiado cosas de ti mismo que no te permitían vivir como te mereces?
Yo lo tengo claro… todos los desafíos que la vida ha traído hasta mí, me han hecho más fuerte, más resiliente. Y al fortalecerme, soy capaz de afrontar y hacer cosas que nunca hubiera imaginado. ¿Quiere decir eso que no sufro?
No… el sufrimiento me acompaña de vez en cuando, pero ahora lo acojo dentro de mí, ahora lo abrazo y comprendo. Porque he perdido el miedo a mi vulnerabilidad, a mi sufrimiento, porque sé que llegan para que evolucione y crezca.
Somos diamantes
Muchas personas con las que hablo, sean pacientes o no, me suelen preguntar por qué el crecimiento llega a través del sufrimiento.
Y suelo explicar que somos diamantes. Esta piedra preciosa no es más que carbón expuesto a gran presión y calor.
Nosotros somos iguales… las presiones de la vida hacen de nosotros diamantes porque dejan al descubierto nuestro potencial y fuerza. Por eso crecemos a través del sufrimiento, porque necesitamos obstáculos para aprender y crecer.
Hay una imagen que llega a mí cuando pienso en este tema… veo una semilla que ha encontrado una fisura en el asfalto para salir y expresarse en el mundo.
Creo que es la mejor manera de comprender que crecemos en la oscuridad hasta que somos capaces de compartir con otros lo aprendido.
Cuando te sientas vulnerable, sensible o frágil, recuerda que esa es la naturaleza de todos los seres humanos. Recuerda que el sufrimiento es lo que nos une a toda la humanidad.
Para mí, esta vulnerabilidad innata es lo que da sentido a la vida. La posibilidad de sufrir daños, de enfermar, de tener problemas emocionales, nuestra mortalidad, es lo que nos hace crecer, es lo que mantiene en marcha nuestra evolución personal.
Creo que la vulnerabilidad deja al descubierto la dualidad propia de la vida… porque podemos enfermar, pero también sanar, podemos sentir tristeza y angustia, pero también podemos superar esos tiempos emocionales turbulentos. Siento que el motor de la vida es el cambio y la adaptación a cualquier cosa que llegue hasta nosotros.
Nuestra vulnerabilidad es nuestra fortaleza
Y si sientes que necesitas ayuda para sacar el máximo partido de la presión que ejerce la vida sobre ti para convertirte en un bello diamante, yo puedo ayudarte. Te invito a mi web.
Gracias por leer este artículo que tal vez haya removido partes de ti que estaban dormidas… recuerda que el crecimiento interno llega… ya está en ti.