Psicología

La fatiga pandémica

 

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El Covid-19 es algo único que estamos viviendo toda la humanidad al mismo tiempo. Se ha convertido en la gran pandemia de la edad moderna, transformándose en un estresor para gran parte de la población mundial.

Los cambios producidos por la pandemia en nuestra vida laboral, económica, familiar y de ocio, requiere una adaptación rápida para evitar los efectos negativos que el estrés, la ansiedad y las emociones sin regular, pueden dejar en nuestra salud física y mental.

Es tan importante esta adaptación que todos debemos hacer, que la Organización Mundial de la Salud (OMS), ha bautizado a estos problemas emocionales y adaptativos a la nueva realidad, como “Fatiga Pandémica”.

Esta fatiga específica de tiempos de pandemia, se caracteriza porque podemos sentir estrés, apatía, desmotivación y un profundo cansancio físico que podemos experimentar como una gran falta de energía (World Health Organization, 2020).

Lo primero que debes saber es que la fatiga pandémica es una reacción natural y esperada cuando debemos afrontar una crisis de salud pública prolongada. Experimentar estos signos no es señal de patología, simplemente es señal de que nos estamos adaptando a escenarios nunca antes vividos.

Además de los cambios en nuestra vida cotidiana y en nuestras rutinas, el Covid-19 ha traído consigo una serie de medidas restrictivas nunca antes instauradas y que experimentamos en la necesidad de no hacer reuniones multitudinarias, en la reducción de la vida social y de ocio, en la limitación de las reuniones familiares, incluso en las Navidades, o en el simple hecho de tener que usar la mascarilla.

Vamos a repasar brevemente los signos propios de la “Fatiga Pandémica” para que conozcas mejor estos signos y comprendas por qué lo estás experimentando:

  • Estrés: Esta respuesta física y emocional es propia de situaciones donde sentimos una gran amenaza. El estrés es un intento de nuestro cuerpo para adaptarse a una realidad cambiante, por ello es normal que puedas experimentar algunos síntomas de estrés como: taquicardia, molestias físicas, cefaleas, contracturas, insomnio, aumento o pérdida de apetito, necesidad de tomar alimentos dulces, fatiga, cansancio, miedo, frustración o incluso tener la sensación de que vives en una “montaña rusa” emocional. Todos estos síntomas son propios del estrés.
  • Anhedonia: Este síntoma hace referencia a que no te apetece hacer ciertas actividades que antes te gustaban y con las que disfrutabas. Y si las haces, ya no disfrutas de ellas. Este síntoma emocional es signo de que te estás adaptando emocionalmente a una situación importante.
  • Pérdida del sentido vital: También puedes estar sintiendo que nada tiene sentido, que la vida y el mundo han girado demasiado rápido y aún estás intentando adaptarte a todos los cambios que han llegado hasta ti. Esto es signo de que necesitas más tiempo para adaptarte a todos los cambios que has sufrido, es algo normal.
  • Angustia: Esta emoción es una mezcla de ansiedad y tristeza. La angustia surge para señalizarte que hay cosas que no están funcionando bien en tu vida y por tanto debes adaptarte a las nuevas circunstancias haciendo algunos cambios en tu vida o en tu mente. Es la gran señal del cambio y de la necesidad de adaptarte a esta nueva situación.
  • Reducción en la percepción de riesgo: Desde marzo hemos pasado por diversas etapas de mayor o menor relajación en las normas de prevención de la pandemia. Hemos pasado de estar confinados y solo abriendo comercios de primera necesidad, a una mayor relajación de estas medidas en el verano, para regresar una vez más a las limitaciones y confinamientos en el otoño-invierno.

Todos estos cambios hacen que nuestra percepción del riesgo al contagio varíe y actualmente se haya visto reducido. Cuando creemos que tenemos pocas probabilidades de contagiarnos, comenzamos a abandonar ciertas pautas preventivas recomendadas por las autoridades sanitarias, tales como el uso de la mascarilla en lugares públicos, evitar reuniones numerosas o limitar nuestras visitas sociales.

Esto es especialmente importante en la gente joven, cuyo riesgo de contagio ha sido interpretado como muy leve y se exponen a  su propio contagio y al de sus seres más allegados.

Sé que la pandemia del Covid-19 está siendo un reto para todos y por ello quiero ayudarte. Y lo hago a través de una guía que he creado para hablarte de la pandemia, de la fatiga pandémica, pero también de cómo funciona tu mente, aprenderás como experimentas estrés y ansiedad y qué cosas puedes hacer para regularlos.

Además, aprenderás una manera sencilla de regular tus emociones en solo 5 pasos y te guiaré a través de las pautas de atención plena o mindfulness que he seguido yo misma durante la pandemia para adaptarme y seguir viviendo en el presente.

Si deseas esta guía, te la puedes descargar gratis en esta página web.

El primer paso para cuidarte es conocerte profundamente.

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