Trabajar en el ámbito de la salud puede traer hasta nosotros un profundo agotamiento que se traduce en síndromes como la fatiga por compasión y el burnout, pero también es una oportunidad para evolucionar a nivel personal.
No todo es negativo en las profesiones donde se trabaja con el sufrimiento ajeno, de hecho creo que es precisamente aceptar la existencia de sufrimiento en nosotros y en otros, lo que nos ayuda a crecer internamente, lo que cambia nuestra manera de ver el mundo y la vida.
Ser compasivo te protege del estrés cuando eres capaz de tener una empatía sana, donde conectas emocionalmente con tu paciente pero sin sobre-identificarte con su situación y sufrimiento, porque de otro modo pierdes la necesaria distancia emocional para ayudar y ser efectivo.
¿Qué es la satisfacción por compasión?… Hace referencia a los sentimientos positivos que desarrolla el profesional que ayuda a personas que sufren y que están viviendo algún trauma. En esta situación, se experimenta una profunda gratitud por poder dedicarse a una profesión donde se ayuda a otros y eso te hace consciente de la razón por la que elegiste esta profesión y no otra. La consecuencia directa es que la calidad de vida es mejor en aquellos profesionales que están satisfechos por su trabajo.
Yo he sentido en ocasiones un exceso de empatía con mis pacientes y notaba que eso me llenaba de miedos y me anulaba como profesional. Cuando observaba esta situación, acudía a mi respiración para contactar de nuevo conmigo misma y con mi cuerpo, de esa manera me distanciaba emocionalmente de la experiencia del paciente y así podía ayudar de manera genuina, desde el amor que habita en mí.
También he sentido en muchas ocasiones la satisfacción por compasión, de hecho en este último año lo experimento cada vez que acabo una sesión con algún paciente… me siento plena, agradecida y siento que estoy cumpliendo mi propósito en esta vida, de modo que todo toma sentido. Debo reconocer que estas sensaciones las experimento desde que medito habitualmente, desde que me escucho más y me dedico tiempo a mí.
¿Qué necesito para desarrollar mi satisfacción por compasión?… Se han identificado tres elementos clave para que el trabajo cotidiano se convierta en la razón de tu bienestar emocional:
- Motivación y aprendizaje: El profesional motivado e implicado en su profesión, es consciente de su necesidad de seguir aprendiendo, lo que aumenta sus conocimientos y habilidades emocionales.
- Reuniones de equipo de calidad: Las reuniones de equipo donde se crea una red de apoyo mutua, son medios esenciales para crear una mayor satisfacción en el entorno laboral.
- Preocupación sobre el futuro: Quienes se sienten motivados, tienen menores preocupaciones por el futuro, por lo que viven en el presente y tienen menos pensamientos negativos.
¿Cómo influye la satisfacción por compasión en el trabajo cotidiano?… Tiene un impacto directo en las relaciones que se establecen con los pacientes, los familiares y otros profesionales
- Se experimenta una mayor conexión emocional con los pacientes y eso influye en los tratamientos.
- Relaciones humanas más profundas, sinceras y significativas.
- Las emociones positivas experimentadas por el profesional, modifican el estado anímico de los pacientes.
- Los pacientes están más satisfechos con el trato recibido y es más fácil manejar su dolor.
- La confianza creada con el paciente, reduce su estrés y eso aumenta la efectividad de los tratamientos.
- Mayores niveles de confianza en el profesional, aumentan la esperanza en el paciente y les ayuda a responsabilizarse de su propia salud.
¿Qué relación hay entre burnout, fatiga por compasión y satisfacción por compasión?… Los estudios indican que la satisfacción por compasión protege del síndrome de burnout y de la fatiga por compasión. A mayor satisfacción por compasión posea el profesional de la salud, menos estrés experimentará, lo que intensifica la experiencia de satisfacción laboral.
¿Cómo puedo fomentar mi satisfacción por compasión?… Es muy importante potenciar esta satisfacción porque protege del estrés y de los síndromes de agotamiento emocional, por lo que tu salud física y emocional también te lo agradecerán. Algunas cosas que puedes hacer…
Cuídate: Hazlo de diferentes maneras… comiendo bien, moviendo tu cuerpo, disfrutando de tu familia y amigos, viajando, haciendo actividades que te apasionan, meditando, relajándote, escribiendo, dibujando o haciendo cualquier actividad que te ayude a re-conectar contigo mismo.
Sé introspectivo: Para sentir emociones positivas antes debes desarrollar tu introspección, esa capacidad para estar en contacto contigo mismo, con tus emociones y necesidades, convirtiéndote en detective de tu mente.
Mantener un pensamiento positivo: No me refiero a un pensamiento positivo sin sentido, yo te hablo de un pensamiento positivo que hunde sus raíces en el amor, en la gratitud, en las razones que te llevaron a cuidar como lo haces. Agradece todo… desde lo más grande hasta lo más pequeño, siente cómo es el amor que te impulsa a ayudar a quien sufre, siente las conexiones invisibles que estableces con los pacientes y cómo estas ayudan a una recuperación más rápida. Siente la profunda alegría de poder hacer lo que siempre has deseado.
Vive en el presente: Creo que el gran secreto para desarrollar la satisfacción por compasión, es vivir en el presente, dejando el pasado atrás y no anticipándote al futuro. La práctica de la atención plena puede ser la mejor manera de aprender a vivir en el presente, donde aceptas cualquier cosa que te trae la vida, donde aceptas tus emociones y ya no las rechazas. En el presente se cobija la felicidad y la gratitud.
Estas son solo algunas formas de desarrollar tu satisfacción por compasión, pero debes hallar las que mejor se adaptan a ti… sé curioso, conócete y disfruta del enorme regalo que supone trabajar ayudando a otros.
