Psicología
Otoño y psicología
– Hola ¿cómo estás?
Sergio García (Psicologo).
– Estoy como el tiempo.
El tiempo, ha sido un factor desde nuestros antepasados, al que hemos tenido que prestar atención para que las personas se adapten al entorno.
Freud redactaba que para ser feliz se necesitaba domar la naturaleza (vientos fuertes, gota fría…) o no estar sumergidos a lo que nos llevaría estas situaciones.
Cuando llega el otoño nos anuncia culturalmente un nuevo ciclo, después del calor del verano llega el frío helado, un equinoccio después de un solsticio, donde los primeros hombres se arriesgaban a perder las cosechas… Y ese cumulo también nos señala en nuestra época….
Aunque los psicólogos usamos el clima y el otoño dentro de las pruebas que realizamos en recursos humanos para seleccionar al personal. Le presentamos un dibujo de un paisaje del otoño, lluvioso y debe completar el test correctamente, la persona que evaluamos si dibuja un paraguas en la mano del “monigote”… lo utilizamos como una señal de cuidado frente a las situaciones negativas del tiempo.
En otro test llamado de la casa de Machover, el niño que evaluamos cuando pinta un paisaje del otoño, los psicólogos lo cogen por el signo de inflexibilidad personal frente a la vida y como él se desenvuelve en esas situaciones. Esto significa que el otoño tiene un significado de empezar con las necesidades que la persona tiene para enfrentar lo negativo.
Este significado “interno” de la persona es causa de búsqueda de confort climático con límites de temperatura (20-25ºC), humedad (40-70%) velocidad del aire (0.15-0.25 m/s) y presión (1013,2 mb) que son parámetros adaptados a las necesidades del cuerpo humano para vivir.
Si no estamos dentro de estos parámetros mencionados anteriormente se puede ocasionar un “estrés meteorológico” que provoca tentativa en los mecanismos de adaptación físicos y mentales.
Cuando la ionización atmosférica y la concentración de iones positivos se aumenta lleva a una correlación con las patologías psiquiátricas.
Existen varios estudios, donde demuestran que la falta de luz durante los meses de invierno aumenta la probabilidad de sufrir estados de ánimo de tristeza. Y a la inversa, las personas que toman el sol, durante la mañana sobre todo, tienden a tener más felicidad.
Esto se puede explicar porque la luz solar aporta vitamina D y ésta daña a los sistemas hormonales. La monoamina del sistema nervioso central, que se nombra serotonina, es mediada en parte por la luz del sol. La función principal es la regulación de la agresividad, el humor, la ira, el sueño…Si esta es baja estaremos mal, mas cabreados, apáticos, tristes… Así cuando llueve y los días son oscuros, la serotonina es menor y por tanto el estado de ánimo se encuentra afectado para peor.
Los estados estacionales en los países nórdicos además de utilizar la psicoterapia en casos de depresión, utilizan la ¨fototerapia¨ colocando espacios de lámparas de luz muy intensa parecida a la de los rayos del sol.
En Suecia en las estaciones de otoño invierno las han colocado las lámparas en las paradas de autobuses para que cuando vuelves a casa puedas tener tu dosis de luz.
Sin embargo, la ciencia en el mundo de la estadística, nos refuta la idea de que haya una causa-efecto entre el otoño y las patologías.
La ciencia habla de una correlación, de la tendencia de ciertas personas con vulnerabilidad previa a desencadenar estados anímicos o a dañarse a sí mismas.
En este campo existen otras causas que puede ser la actitud, la personalidad, el edipo importantes en este campo.
El psicólogo Sergio empezaba este texto con una frase coloquial que ponía en resalte un pensamiento generalizado, así que también nos despedirnos desde un refrán popular, que nos ayuda a robustecer nuestras habilidades personales:
“Al mal tiempo, buena cara”.