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Aplicación de apósitos como complemento para la prevención
Una de las recomendaciones más conocidas para la prevención de úlceras en sacro y en talones es la aplicación de apósitos para reducir la presión que sufren estas zonas del cuerpo. Pero, ¿qué tipo de apósito es más adecuado para realizar dicha función?, ¿Realmente sirve para reducir la presión?
Un estudio realizado en pacientes durante su estancia en una unidad de cuidados intensivos demostró que la incidencia de úlceras por presión en las personas que se les aplicó un apósito preventivo se redujo un 10% frente a los pacientes que siguieron los cuidados establecidos sin la colocación de apósitos.
La colocación de apósitos para prevenir úlceras por presión en pacientes parece ayudar y puede ser útil para reducir costes de tratamiento, al ser más alto el beneficio que el coste que puedan tener dichos apósitos.
Estos beneficios se pueden observar tanto en la colocación de apósitos en la zona sacra como en los talones y, aunque no sean la panacea, si son un buen complemento que puede ser utilizado como una herramienta más dentro del protocolo a realizar para prevenir la aparición de úlceras por presión.
En otro estudio donde se analizaron 422 pacientes, mayores de 18 años y con alto riesgo de úlceras por presión, se observó una incidencia de úlceras por presión menor en el grupo que utilizó apósitos, siendo la zona sacra la más afectada. En dicho estudio se llega a la conclusión que dichos apósitos protegen a la piel de la fricción y es una intervención fácil de implementar junto con las otras medidas de prevención.
Sobre cuál es el material más idóneo para utilizar en la prevención de úlceras por presión, los apósitos hidrocelulares o los hidrocoloides contribuyen de manera similar si se combinan con las medidas preventivas estándar. Dichos apósitos también muestran los mismos efectos secundarios en los pacientes: descamación, prurito y daño tisular debido al fuerte pegamento, aunque el apósito de hidrocoloide produce más incomodidad y produce más dolor durante los cambios de apósito.
También hay que tener en cuenta que diversos apósitos, como los hidrocoloides, silicona o los formados por varios materiales, se usan y están indicados para el tratamiento de úlceras por presión grado II-IV, por lo que se podrían usar otro tipo de materiales que son más económicos y tienen la misma efectividad para prevenir úlceras, como pueden ser los film de poliuretano. Dichos apósitos son 4 veces más económicos que un hidrocoloide, debido a que la composición de este último (polímero de poliuretano semipermeable con carboxymethilcelulosa en el interior) encarece el producto.
Aun así, hay que tener en cuenta que en los pacientes a los que se les aplicaba el film de poliuretano se les debía de reemplazar el apósito más veces que en los pacientes que usaban hidrocoloides. Las razones de la necesidad de cambio de apósito en los dos tipos de material fueron mayoritariamente por desprendimiento debido a un exceso de humedad. Por tanto, es importante realizar una revisión de la zona donde se colocará el apósito, para evitar exceso de humedad.
Los diferentes apósitos tienen características similares, ya que parece ser que todos tienen un efecto preventivo similar y unos efectos adversos parecidos, así que sería recomendable utilizarlos como una herramienta más en el trabajo de la prevención, pero sin dejar de lado todas las otras medidas estándar, y utilizar el material teniendo en cuenta las preferencias del paciente y su adaptación.