Pediatría
Qué precauciones debes tener en cuenta en verano si tienes hijos
Cuando llegan las vacaciones del verano cambian nuestros hábitos por completo, especialmente si tenemos hijos. Parece que nunca se les acaba la energía y es que siempre querrán estar en movimiento.
Sin embargo, con el calor hay que tener mucho cuidado, especialmente en este verano debido a que las temperaturas están siendo más elevadas de lo normal.
En este artículo te hemos enumerado algunas de las precauciones más importantes a tener con tus hijos cuando llega el verano.
1. Exposición solar
La piel de los niños es más delicada que la nuestra. El golpe de calor en niños puede ser terrible, aunque con algunas precauciones podemos evitar que se produzca:
- Evitar las horas de máxima afluencia solar: lo más habitual es que se trate del intervalo comprendido entre las 12 y las 16 horas, aunque es importante revisar la temperatura antes de salir para evitar hacerlo si es muy elevada. Además, la radiación solar suele llegar a niveles máximos en el mes de julio.
- Hidratación: debido al calor, en el verano es más sencillo que un niño se pueda deshidratar. Por esta razón es importante que se consuma líquido de forma recurrente, incluso aunque no tengan sed. No es necesario que tan solo tomen agua, sino que se pueden hidratar de muchas maneras. Por ejemplo, podrían tomar zumos de frutas tropicales, melón, sandía, gazpacho, etc.
- Protección en la cabeza: la cabeza de los niños es la zona más susceptible a los rayos del sol, por lo que habrá que protegerla adecuadamente. Es conveniente invertir en una buena gorra, sombrero y en una sombrilla. Cuanto menos tiempo les dé el sol, mucho mejor.
- Gafas de sol: también hay que proteger la vista de los más pequeños de la casa, ya que sufre mucho. Para ello vamos a usar las gafas de sol, pero no pueden ser cualquiera. Debemos asegurarnos de que cuentan con protección ultravioleta.
2. Agua
Sin duda, las actividades de agua son las claras favoritas de los niños y las de los no tan niños. Con independencia de que sea por la mañana o por la tarde, de que haya más frío o más calor, seguro que en cualquier momento quieren darse un buen chapuzón.
A la hora de llevar a cabo estas actividades también habrá que extremar las precauciones:
- Vigilancia: al año ocurren muchos accidentes en playas o piscinas, y unos simples segundos de diferencia pueden ser devastadores. Por esta razón es muy importante que haya siempre un adulto responsable que los vigile, con independencia de si hay o no un socorrista.
- Natación: lo antes posible, el niño o la niña deben aprender a nadar. En prácticamente cualquier municipio es posible encontrar clases de natación. Por muy poco les estaremos dando un arma que utilizarán para defenderse en la vida.
- Sentido común: además de lo anterior, debe prevalecer el sentido común por encima de todo y seguir las medidas de seguridad básicas de cada lugar.
3. Alimentación
La alimentación es otro de los aspectos clave que más tenemos que cuidar cuando llega el verano. El principal error lo cometemos debido a las prisas: con todos los planes y actividades que llevamos a cabo, es posible que no tengamos tiempo para preparar un menú en condiciones. Esto hace que tengamos que comer con mayor frecuencia fuera de casa, o tener un menú de bocadillos.
Los expertos recomiendan trazar un planning de dieta equilibrada e intentar seguirlo a rajatabla. Con los imprevistos resulta muy fácil que nos podamos saltar este planning, pero tendremos una cierta organización por lo menos.
4. Elección de ropa y calzado
Otro error que solemos cometer cuando llega el verano es pensar que los niños pueden llevar los mismos zapatos o ropa cuando van a la piscina, que si vamos a dar una vuelta por el municipio o por la montaña.
- Si estamos hablando de lugares en donde van a estar en contacto con el agua, lo recomendable es que lleven chanclas o escarpines. En definitiva, algo que permita que los pies puedan respirar.
- Para dar una vuelta más larga no se recomienda las chanclas, ya que los niños podrían sufrir rozaduras e impedirles andar. El mejor calzado será zapatillas que den una buena sujeción al pie. Sin embargo, también es posible encontrar chanclas que ofrezcan esta sujeción.
- En cuanto a la ropa, sería interesante utilizar un tipo de prenda que se haya confeccionado con tejidos transpirables; así, evitamos que la piel se asfixie y que suden mucho. No debemos olvidarnos de que la ropa clara es la menos calurosa. También habrá que asegurarse de que sea un tipo de ropa lo más ligera posible.
Esta serie de precauciones son las más importantes cuando llega el verano y tenemos hijos. Asegúrate de seguirlas y podréis disfrutar al máximo del verano.