El cáncer colorrectal es aquel que se origina en el colon o en el recto. Generalmente se suelen agrupar porque tienen muchas características comunes. El cáncer se origina cuando las células en el cuerpo comienzan a crecer de forma descontrolada, casi cualquier célula del cuerpo puede convertirse en cáncer y propagarse a otras partes del cuerpo.
Por eso, es importante saber cómo se pueden prevenir estos tipos de cánceres y adoptar hábitos de vida saludables.
La primera opción que ayuda a evitar el cáncer colorrectal es la dieta. Evitar carnes rojas, procesadas y muy hechas o cocinadas en contacto directo con el fuego, así como azúcar y almidón muy refinados.
Estos alimentos pueden ser sustituidos por carne blanca, pescados y vegetales. Además, comer grasas insaturadas en vez de saturadas y frutas y legumbres, por su alto contenido en fibra. Añadir a esta dieta leche y otros productos lácteos, ya que también presentan un efecto protector.
En cuanto al estilo de vida, es bueno evitar el tabaco y reducir o evitar el alcohol y hacer ejercicio unos 30 minutos todos los días, porque así se evita el sobrepeso, la obesidad y el sedentarismo.
Otra opción es la quimioprevención. Sobre el efecto protector de algunos fármacos, ciertos estudios observacionales han demostrado que el efecto de algunos antiinflamatorios no esteroideos, como el ácido acetilsalicílico, reducen el riesgo de desarrollar cáncer colorrectal y adenomas.
No obstante, no todos los ensayos clínicos aleatorios han confirmado esta evidencia en cuanto a la prevención del cáncer colorrectal. Por tanto, hay un vacío en cuanto a tipo de antiinflamatorio, dosis, frecuencia y la duración del mismo.
El otro tipo de prevención es la prevención secundaria. Hay pacientes con mayor riesgo de presentar cáncer colorrectal y se trata, entre otras, de la enfermedad de Chrohn, la colitis ulcesora, el síndrome de Lynch… Aunque la gran mayoría de cánceres colorrectales no se deben a ninguna de estas causas, los resultados sugieren que la mayor parte de los cánceres colorrectales tienen su origen en un pólipo adenomatoso.
En cuanto a la prevención secundaria o diagnóstico precoz, lo cierto es que cada vez adquiere más significación debido a la reducción de la mortalidad que ello conlleva y su gran efectividad, pasando a ser de los pocos cánceres que cumplen los requisitos para el diagnóstico precoz.
Los motivos por los que el cáncer colorrectal está reconocido para el screening son: es un problema de Salud Pública muy amplio debido a la alta morbimortalidad, tiene una fase preclínica de larga duración importante en la cual la detección precoz va a ser fundamental en el pronóstico de la enfermedad, técnicas de cribado muy específicas y sensibles demostradas previamente en ensayos clínicos, de esta forma se puede confirmar un diagnóstico precoz.
Grupos de riesgo del cáncer colorrectal
En este tipo de cáncer, se pueden diferenciar dos grupos de riesgo: el riesgo medio y el alto. En el grupo de riesgo medio se encuentran pacientes a partir de 50 años, el diagnóstico precoz se lleva a cabo con en el test de sangre oculta en heces (TSOH), el cual consiste en detectar si hay presencia de sangre en las heces con una periodicidad de dos años, la tasa de falsos positivos se encuentra en torno a 6-7%.
Si el resultado es positivo será necesaria la realización de una colonoscopia y si no, hacer una sigmoidoscopia cada 5 años o colonoscopia cada 5-10 años.
El test de sangre oculta en heces lo hace el propio paciente en su domicilio, el resultado será evaluado por el personal sanitario especializado. Además, esta prueba se recomienda en personas de entre 50 y 74 años que no presenten ningún otro factor de riesgo más allá de la edad.
El test de sangre oculta en heces es una prueba bien tolerada a diferencia de la colonoscopia, la cuál está sujeta una serie de riesgos, es poco aceptada en general por la población y el gasto económico que supone es importante.
En cuanto al riesgo alto, se trata de la población que tenga algún factor de riesgo como síndromes hereditarios de cáncer de colon (poliposis colónica, o adenomatosa familiar, cáncer colorrectal hereditario no poliposis CCHNP), cáncer colorrectal familiar u otras condiciones predisponentes. En este caso el diagnóstico precoz se lleva a cabo mediante colonoscopia.