Los niños experimentan cambios en su cuerpo de forma diaria. Crecen y se desarrollan, y este proceso afecta a todas las partes del organismo: físicas y cognitivas. Un ejemplo de este crecimiento son los dientes, que empiezan a aparecer en los menores a partir de los seis meses. Al igual que el resto de transformaciones que va viviendo el pequeño, el desarrollo dental requiere de un seguimiento por parte de profesionales que ayuda a fortalecer y mejorar el proceso. En ese sentido, es recomendable acudir a una clínica especializada en ortodoncia infantil para advertir y atajar cualquier incidencia.
¿A partir de qué edad deben ir los niños al dentista? La aparición y el crecimiento de los dientes debe seguir un proceso natural que no debe ser frenado salvo casos extraordinarios. Una vez superada esta etapa inicial, sí que es recomendable acudir a un dentista para que examine la evolución. La edad ideal para que los niños se sometan a la primera revisión de los dientes es a los 5 años, cuando la boca está formada y los dientes iniciales se han formado y presentan una fuerza adecuada. Esta visita es muy importante a modo de previsión, ya que permite adelantarse ante cualquier posible problema futuro o incluso advertir una situación actual.
El principal problema de los más pequeños es la mordida, ya que esta puede no ser la correcta; lo que tendrá consecuencias negativas en el futuro. Los dentistas tienen la capacidad para advertir cualquier hábito incorrecto y presentar medidas para corregirlo, sin necesidad de interrumpir ni afectar al normal desarrollo de la dentadura.
El otro problema habitual de los niños en su boca son las caries, que pueden surgir por malos hábitos alimenticios o por no cumplir con los mejores protocolos de higiene. Es un riesgo que puede afectar al crecimiento futuro y la mejor elección es buscar una solución rápida. Otras cuestiones funcionales, estéticas o de crecimiento también se pueden apreciar en esta primera visita.
Los niños están en un proceso de crecimiento y tienen dientes de leche, que serán reemplazados en un futuro. Esta situación implica un tratamiento especializado y preventivo, realizado con todas las garantías, que es clave para evitar problemas más graves durante los años posteriores.
Beneficios de la ortodoncia infantil
La visita a los profesionales odontólogos es clave para advertir incidencias, mejorar los hábitos y conseguir en definitiva una boca sana, lo que se traduce en la solución de dificultades y en la prevención de cuestiones futuras. La rápida advertencia del peligro ayuda a tratarlo y corregirlo a tiempo, lo que tiene muchos beneficios para el menor.
Un problema en los dientes no solo influye a estos y a su desarrollo futuro, sino que también puede tener consecuencias en la alimentación. Es habitual el escenario en el que el menor no puede comer correctamente debido a obstáculos en su boca; y es evidente que la correcta alimentación es imprescindible para el correcto desarrollo físico y mental del cuerpo humano.
La corrección de la ortodoncia infantil también hace referencia a mejorar las prácticas de los niños, en aspectos como la higiene o la mordida. Esto significa una mejora en la salud bucodental así como en la experiencia diaria en la ingesta de alimentación.