Durante años, la enfermedad inflamatoria intestinal ha sido más prevalente en los países ricos que en aquellos con ingresos medios más bajos. Sin embargo, los casos están aumentando en los países en desarrollo, donde los alimentos ultraprocesados están cada vez más disponibles y se hacen más populares.
Durante años, los gastroenterólogos han sospechado que este tipo de alimentos pueden contribuir a la inflamación y a la EII, pero hay pocos estudios clínicos que hayan evaluado esta hipótesis a gran escala.
Ahora, un reciente estudio de cohorte prospectivo multinacional investigó la relación entre el consumo de alimentos ultraprocesados y el riesgo de desarrollar EII. Los resultados se publicaron en el British Medical Journal.
El equipo evaluó los datos médicos de más de 116.000 adultos de entre 35 y 70 años, procedentes de 21 países de ingresos bajos, medios y altos de América del Norte, América del Sur, Europa, África, Medio Oriente, Asia del Sur, Sudeste de Asia y China.
Los participantes completaron un cuestionario de frecuencia alimentaria al menos cada tres años, desde 2003 hasta 2016. Así, informaron del consumo de todo tipo de alimentos y bebidas envasadas que contuviesen aditivos alimentarios, saborizantes artificiales, colorantes u otros ingredientes químicos.
El resultado principal del estudio fue el diagnóstico de EII después de completar el cuestionario de referencia.
Así, los participantes de América del Norte, América del Sur y Europa informaron de un mayor consumo de alimentos ultraprocesados que los de las otras regiones. La incidencia de EII también fue mayor en estas tres áreas.
Ya investigaciones anteriores habían sugerido que ciertos alimentos aumentan el riesgo de desarrollar EII. Por ejemplo, la popular dieta baja en FODMAP alienta a las personas con EII a evitar los alimentos con altos niveles de azúcares específicos.
Los investigadores del último estudio llegaron a la conclusión de que un mayor consumo de alimentos y bebidas ultraprocesadas aumenta la probabilidad de desarrollar EII. Sin embargo, no pudieron confirmar un vínculo causal entre estos alimentos y el desarrollo de la EII.
Aunque el alto consumo de alimentos ultraprocesados se asoció con una mayor incidencia de EII, el consumo de los mismos alimentos en forma no procesada no conlleva los mismos riesgos. Por tanto, los investigadores concluyeron que el riesgo de EII está asociado con el procesamiento de los alimentos.
