Nutrición y Dietética
Los efectos terapéuticos de las dietas hiperprotéicas
Existen diversos estados clínico-patológicos que provocan en el individuo una constante hiperactividad del catabolismo proteico y que desencadena una pérdida significante de proteínas, que afecta a diversos tejidos.
En este sentido, con el objetivo de contrarrestar este efecto, se aplican las dietas hiperprotéicas, que se basan en una ingesta de proteínas más elevada en comparación con el resto de nutrientes. De esta forma, se facilita la síntesis proteica para la reconstrucción y el mantenimiento de los tejidos musculares.
Sus aplicaciones están orientadas hacia patologías que causen estrés metabólico, quemaduras, úlceras por presión y para la compensación de estados metabólicos con pérdida energética, como pérdidas fecales proteicas, síndromes de malabsorción o gastroenteropatías con pérdidas de proteínas.
Para tratar a este tipo de pacientes es necesario conocer sus necesidades energéticas y los suplementos proteicos artificiales que son útiles en algunos casos.
Entre las enfermedades que se pueden producir por estrés metabóliso se encuentran las EPOC, insuficiencia cardiaca y/o pulmonar, pancreatitis, enfermedad inflamatoria intestinal o las de carácter oncológico. También enfermedades crónicas, multifactoriales y de prevalencia creciente como es el caso de la obesidad y/o el sobrepeso deben recurrir a las dietas hiperprotéicas y bajas en carbohidratos por su efecto de balance negativo, y poder conseguir la reducción de peso.
Las dietas hiperprotéicas, al igual que ocurre con las dietas ricas en grasa, retrasan el vaciado gástrico, por lo que muchos fármacos tardan más tiempo en comenzar su efecto, ya que se retrasa su absorción, dado que los fármacos se absorben principalmente a nivel intestinal. Por otro lado, este efecto será perjudicial para aquellos fármacos susceptibles a la degradación en medio ácido, puesto que aumentaría el tiempo de contacto de los fármacos con este medio.
Además, aumentan la secreción ácida del estómago, por lo que algunos fármacos básicos pueden precipitar y no absorberse, al contrario de lo que podría ocurrir con los fármacos ácidos, como el AAS, que puede comenzar su absorción aunque en pequeña proporción en el estómago.
Suplementos proteicos
El efecto anabólico y beneficioso de las dietas hiperprotéicas no solo se obtiene por el consumo de alimentos ricos en proteínas de alta calidad, sino que se puede también consumir a través de la complementariedad proteica efectiva.
Los complementos de proteínas más comercializados y consumidos en la actualidad son las proteínas en polvo, principalmente obtenidas de suero lácteo y las proteínas de caseína, y las de soja.
Cada una de esas formas de proteínas tiene una serie y una proporción de aminoácidos diferentes y una digestión única, por lo que en el mercado existen preparados que combinan las tres formas y a los que se le añaden otros aminoácidos individuales, especialmente ramificados “tipos de proteínas caseína, soja”. Con la combinación de estos tres tipos de proteínas se obtendría un perfil de aminoácidos más completo y, por tanto, más beneficioso para el organismo.
El consumo de este tipo de suplementos, junto a una dieta equilibrada y unos hábitos de vida saludable, tiene efectos positivos, como ayudar a atenuar la pérdida de masa muscular y ósea asociada al envejecimiento en personas mayores de 65 años.
Sin embargo, el problema surge cuando estos complementos dejan de ser utilizados como tales y se convierten en sustitutos de una dieta equilibrada, debido a la idea errónea de muchos consumidores de que cuanto mayor sea el consumo de estos suplementos, mayor será la fuerza y la masa muscular, pudiendo originar efectos negativos en la salud.
El uso incontrolado de suplementos proteicos y aminoácidos puede producir efectos perjudiciales como deshidratación (un gramo de urea se excreta cada 50 ml de agua), fatiga muscular y toxicidad renal.
En lo referente a la prescripción de esta suplementación, algunas investigaciones dejan claro que la mayoría de personas que consumen suplementos de proteínas lo hacen sin la supervisión de un profesional (73.55%) lo que podría repercutir negativamente en la salud de los mismos.