El vitíligo es una enfermedad de la piel que se caracteriza por la aparición de manchas blancas debido a la falta de pigmentación. Según la Academia Española de Dermatología y Venereología, entre el 1,5% y el 2% de la población mundial padece vitíligo. Hoy en día, no se conoce con exactitud la causa de esta enfermedad. Los expertos creen que responde a un trastorno autoinmune en el que anticuerpos atacan los melanocitos.
Dos estudios publicados en The New England Journal of Medicine, demuestran que una crema resulta eficaz en el tratamiento del vitíligo. Los resultados muestran que ruxolitinib en crema reduce la despigmentación de la cara en un 50% como mínimo en el 45% pacientes tratados, y un 30% logró reducir hasta el 75% al año de uso.
David Rosmarin, investigador del departamento de Dermatología en Tufts Medical Center, señala que el tratamiento de esta enfermedad ha sido siempre un gran reto de la medicina.
“Históricamente, el tratamiento del vitíligo ha sido un desafío, y estos datos refuerzan el potencial que este nuevo tratamiento médico puede tener para las personas interesadas en la repigmentación”, afirma Rosmarin.
Las investigaciones se han centrado en dos ensayos en fase 3, en el mismo tiempo y durante un año. Los resultados indican que la aplicación de ruxolitinib en crema produjo en los pacientes una mayor repigmentación de las lesiones de vitíligo que en personas con vehículo de control durante 52 semanas.
Los autores del ensayo confirman que se necesitan estudios más amplios y prolongados para determinar la seguridad del tratamiento. “Hay que tratar a cinco pacientes durante seis meses para conseguir una respuesta de repigmentación igual o superior al 75% en un paciente. Si se continúa el tratamiento durante un año, uno de cada dos pacientes responde”, afirma Lluis Puig, director del servicio de Dermatología del Hospital de la Santa Creu i Sant Pau.
El principal problema del tratamiento sería el precio y que es aún muy pronto para descartar una posible recaída tras un tiempo. “No se puede descartar la recaída al cabo de un tiempo, pero sí se ha observado en modelos experimentales», destaca Puig.