En España la edad media actual en la que las mujeres se enfrentan a su primer parto son los 32 años. Al límite de la edad en la que los especialistas recomiendan tener el primer hijo, que sería antes de los 33, aunque hay quien señala que ese margen se puede estirar hasta los 35 años. ¿El por qué de esta recomendación? Porque a partir de esa edad la reserva ovárica comienza a descender considerablemente y con ello las probabilidades de embarazo.
Así las cosas, la demanda de fecundación in vitro con óvulos donados se ha incrementado de manera exponencial en los últimos años y se necesitan un buen número de mujeres jóvenes dispuestas a tener un acto de generosidad para con otras mujeres. Donar óvulos en Barcelona y en general en cualquier ciudad en la que residamos es muy sencillo. Y un gesto de colaboración así es altamente necesario por parte de las mujeres más jóvenes para ayudar a otras a cumplir su deseo de ser madres.
Principalmente, se trata de una de las acciones solidarias más bonitas que se pueden realizar, pero como todo buen gesto tiene su recompensa, que más allá del hecho altruista se ve compensado económicamente por los inconvenientes del traslado y el proceso de la donación de los óvulos.
Pero es que otra de las ventajas importantes que obtiene la mujer que dona óvulos es la de conseguir de manera gratuita un informe muy completo de su propia fertilidad, con datos que le pueden ser muy valiosos cuando ellas mismas quieran ser madres.
La mujer donante
En el perfil de las mujeres donantes nos encontramos en su mayoría a estudiantes, en muchos casos de especialidades relacionadas con el mundo de la salud, que tienen información y son conscientes de que el tratamiento para donar esos óvulos no va a interferir en absoluto en sus propias opciones de ser madres en el futuro; y además son consecuentes por el entorno en el que se mueven de la cantidad de situaciones de infertilidad que hay en la sociedad y el daño que eso puede llegar a provocar a muchas mujeres.
En esos casos de infertilidad cada historia es diferente y, por tanto, hay que darle un trato individualizado. Eso es lo que hemos de buscar cuando nos acerquemos a una clínica de reproducción. Porque cuidar nuestra parte emocional, que tiene un peso enorme en el proceso, es esencial en este camino y necesitamos dar con profesionales que tengan presente la sensibilidad del momento y que hagan una valoración individual de cada caso.
Razones por las que se retrasa la maternidad
El estilo de vida de las mujeres en la actualidad (con una tasa mucho mayor de mujeres trabajadoras que hace solo unos años), el tratar de llegar al punto idóneo de la tan ansiada conciliación laboral y familiar o sencillamente la decisión de retrasar el momento de la maternidad, hacen que sean necesarios tratamientos de reproducción asistida en los que la demanda va en aumento.
La fertilidad disminuye con el paso de los años, pero es a partir de los 35 años cuando esa disminución se acelera, por lo que desde esa edad se van teniendo dificultades y se hace necesario en muchos casos recurrir a tratamientos de reproducción asistida al no conseguir el embarazo de forma natural. La consulta más habitual sigue siendo la de parejas, sin embargo, aumenta la demanda de mujeres que deciden afrontar la maternidad en solitario.