Investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Northwestern han llevado a cabo un fascinante estudio que arroja luz sobre el proceso de envejecimiento capilar y abre nuevas posibilidades para estimular el crecimiento del cabello. Al igual que las articulaciones de las personas pueden volverse rígidas y dificultar el movimiento a medida que envejecen, las células madre del folículo piloso también experimentan cambios que afectan su capacidad para generar nuevo cabello. Sin embargo, este equipo de investigadores ha logrado descubrir una manera de contrarrestar ese endurecimiento celular y reactivar el crecimiento capilar.
En su estudio, publicado recientemente en la prestigiosa revista PNAS, los científicos describen cómo lograron suavizar las células madre del folículo piloso, lo que condujo al crecimiento del cabello en ratones tanto jóvenes como mayores. Su enfoque se basó en el aumento de la producción de un ARN específico y diminuto llamado miR-205, que desempeña un papel crucial en la relajación de la rigidez de las células.
Mediante técnicas de manipulación genética, los investigadores lograron estimular la producción de miR-205 en las células madre del folículo piloso. Los resultados fueron notables: en tan solo diez días, los ratones comenzaron a mostrar un crecimiento significativo de cabello.
Células madres existentes para el crecimiento capilar
Rui Yi, autor correspondiente del estudio e investigador de patología en el Centro de Investigación Paul E. Steiner, así como profesor de Dermatología en la Facultad de Medicina Feinberg de la Universidad de Northwestern, comentó entusiasmado: «Estas no son nuevas células madre que se están generando. Estamos estimulando las células madre existentes para hacer crecer el cabello. Muchas veces todavía tenemos células madre, pero es posible que no puedan generar el cabello».
Para comprender mejor los mecanismos involucrados, los científicos utilizaron herramientas de microscopía avanzada, como la microscopía de fuerza atómica y la microscopía de dos fotones. Estas técnicas les permitieron medir la rigidez de las células y observar en tiempo real los cambios en el comportamiento celular en animales vivos.
Este descubrimiento es un paso significativo hacia el desarrollo de terapias que puedan abordar la pérdida de cabello relacionada con el envejecimiento en los seres humanos. Aunque aún se requiere más investigación para comprender completamente los mecanismos implicados y evaluar la eficacia y seguridad en humanos, los resultados son prometedores y podrían allanar el camino hacia nuevas estrategias para combatir la alopecia y mejorar la calidad de vida de muchas personas.