Investigación
Logran una nueva técnica para tratar el tumor cerebral más letal con quimioterapia
Científicos de la Northwestern University, en Estados Unidos, han alcanzado un hito significativo en la lucha contra el glioblastoma, el tumor cerebral más común y agresivo.
La barrera hematoencefálica, una estructura microscópica que protege al cerebro de la mayoría de los medicamentos, ha sido un obstáculo importante en el tratamiento de este tipo de cáncer. Sin embargo, un equipo de investigadores de la facultad de Medicina de Northwestern ha conseguido por primera vez abrir la barrera hematoencefálica utilizando un aparato de ultrasonidos para permitir que la quimioterapia más potente llegue al cerebro y trate el tumor.
Los investigadores implantaron un aparato de ultrasonidos en los pacientes que usa microburbujas para abrir la barrera hematoencefálica y permear partes críticas del cerebro de forma que penetrase la quimioterapia administrada vía intravenosa. El procedimiento, que dura apenas unos minutos, se realizó en pacientes despiertos y se les permitió ir a sus casas en solo unas horas.
El tratamiento fue «seguro» y fue «bien tolerado» por los pacientes, algunos de los cuales fueron sometidos hasta a seis sesiones, según los resultados del ensayo. Además, gracias a la apertura de la barrera hematoencefálica, los enfermos recibieron concentraciones de quimioterapia de cuatro a seis veces superiores en sus cerebros.
Tumor cerebral altamente mortal
El glioblastoma es un tumor cerebral altamente mortal y difícil de tratar debido a la barrera hematoencefálica, que protege al cerebro de los medicamentos. El medicamento usado actualmente contra los glioblastomas, la temozolomida, puede atravesar la barrera, pero tiene efectos débiles. La dificultad de atravesar la barrera hematoencefálica ha limitado en gran medida el arsenal disponible para luchar contra los tumores cerebrales.
Los científicos de la Northwestern University han descubierto que de 30 a 60 minutos después de someterse al proceso, la barrera hematoencefálica vuelve a cerrarse, lo que permitirá optimizar la secuencia de suministro y la activación de los ultrasonidos. El investigador principal y profesor de la escuela de Medicina Feinberg de la citada universidad, Adam Sonabend, consideró el logro como «un avance potencialmente enorme para los pacientes de glioblastoma».
El uso de los ultrasonidos permite que en el espacio de una hora la barrera se abra y vuelva a cerrarse, lo que proporciona «una ventana temporal tras la sonicación en la que el cerebro es permeable a las drogas que circulan por el torrente sanguíneo», según Sonabend.
Los resultados de este estudio podrían revolucionar el tratamiento del glioblastoma y sentar las bases para futuras investigaciones en la lucha contra otras enfermedades cerebrales.