El Hospital Universitario Vall d’Hebron, en Barcelona, ha realizado un histórico trasplante de pulmón robótico, convirtiéndose en el primer centro en el mundo en llevar a cabo esta técnica quirúrgica. Además, han desarrollado una nueva técnica de acceso que permite reducir la invasión quirúrgica y las complicaciones postoperatorias.
El trasplante se realizó utilizando un robot Da Vinci, que permitió la extracción del pulmón enfermo y la introducción del nuevo órgano de manera precisa. El paciente, un hombre de 65 años con fibrosis pulmonar, se sometió al procedimiento en abril y se encuentra en buen estado de salud.
El doctor Albert Jauregui, jefe del Servicio de Cirugía Torácica y Trasplante Pulmonar del Vall d’Hebron, ha explicado que la nueva metodología permitirá salvar vidas de pacientes con infecciones respiratorias crónicas y que esta técnica representa un logro histórico en la medicina.
Según el doctor, es “un logro histórico que salvará la vida de miles de personas”, ha señalado. Con esto, hace referencia tanto a la nueva vía de acceso como a la intervención mediante uso de robots, que es una técnica que los profesionales del Vall d’Hebron ya planificaban desde hacía tiempo.
Recuperación más rápida con el trasplante robótico
El uso del robot quirúrgico Da Vinci permitió una intervención menos invasiva y una recuperación más rápida para el paciente. Además, gracias a la tecnología del robot, la incisión realizada en el paciente es mucho más pequeña que en una operación tradicional, lo que disminuye el dolor y acelera la recuperación.
El éxito de esta operación marca un hito importante en la tecnología quirúrgica y en la posibilidad de mejorar la calidad de vida de los pacientes que necesitan un trasplante de pulmón. La utilización de robots quirúrgicos en este tipo de intervenciones se está convirtiendo en una práctica cada vez más común en todo el mundo, ya que permite una precisión y un control sin precedentes en las operaciones.
Esta nueva técnica implica una pequeña incisión en la parte inferior del esternón, en lugar de una gran apertura o la separación de las costillas, lo que ha permitido la reducción de la duración de la intervención y ha acelerado la recuperación del paciente. Asimismo, esta técnica ha eliminado la necesidad de utilizar medicamentos inmunosupresores de por vida para evitar el rechazo del órgano, que aumenta el riesgo de infecciones y complicaciones.
El equipo de profesionales del Vall d’Hebron llevaba años planeando esta técnica y ha sido un trabajo conjunto de varios servicios médicos del hospital, incluyendo el Servicio de Anestesiología, Reanimación y Terapéutica del Dolor, el Servicio de Cirugía Cardíaca y la Enfermería de Trasplantes.