Investigación
La combinación de dos medicamentos reduce la apnea del sueño
El sueño es un importante proceso de restauración. De hecho, son varios estudios los que indican que, si una persona no duerme lo suficiente, tiene un mayor riesgo de diabetes tipo 2, enfermedades cardiovasculares, obesidad y depresión.
Para las personas con apnea obstructiva del sueño (AOS), descansar bien por la noche puede ser difícil: la afección hace que se despierten repentinamente durante el sueño y luego puede costarles quedarse de nuevo dormidos. Actualmente, no existe ningún medicamento específico para tratar esta patología.
No obstante, un nuevo estudio de la Universidad de Flinders, en Adelaide, Australia del Sur, informa que la combinación de dos medicamentos existentes puede reducir la AOS en, al menos, un 30 %.
Hasta ahora, los tratamientos de la apnea del sueño comprendían el uso de una máscara mientras se duerme, la cirugía o un dispositivo de reposicionamiento muscular. La primera de ellas aplica presión a las vías respiratorias del paciente para mantenerlas abiertas. Este enfoque, llamado terapia de presión positiva continua en las vías respiratorias, funciona para muchas personas, aunque algunas lo encuentran incómodo y un obstáculo para conciliar el sueño.
La otra opción, la del dispositivo de reposicionamiento mandibular, se trata de un aparato bucal que los dentistas adaptan a las personas con apnea del sueño. Sin embargo, estas boquillas pueden ser costosas, causar dolor en la mandíbula y los dientes y no funcionan para todos.
La combinación de dos medicamentos existentes
La investigación encontró que la combinación de dos clases de medicamentos disponibles, reboxetina y butilbromuro, mantenía los músculos activos durante el sueño, lo que facilitaba una respiración regular y constante.
Los médicos suelen recetar reboxetina como antidepresivo, mientras que el butilbromuro es un fármaco antiespasmódico.
Para este estudio, los investigadores reclutaron a 15 voluntarios sanos con AOS para el estudio, y tres se retiraron antes de completar el ensayo. El equipo observó a estos individuos mientras dormían dos noches.
Durante una noche, los investigadores administraron a cada individuo los medicamentos de prueba y monitorearon a los participantes mientras dormían. De hecho, captaron datos de EGG y electrocardiograma, mientras que la oximetría de pulso digital midió la saturación de oxígeno.
Los participantes también usaron máscaras nasales selladas que permitieron a los científicos medir el flujo de aire, y una cámara infrarroja y un sensor de posición registraron las posiciones de sus cuerpos.
Así, los investigadores observaron el efecto que los medicamentos combinados tenían sobre la respiración de las personas. Un reequilibro beneficioso de la actividad eléctrica en los músculos que rodean la garganta evitó que las vías respiratorias colapsaran durante el sueño.
Según los autores del estudio, casi todos los participantes tuvieron alguna mejora en la apnea del sueño, ya que mejoró la ingesta de oxígeno de las personas.