Investigación

Identifican proteínas en la sangre que pueden predecir la enfermedad de Alzheimer

 

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Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), la enfermedad de Alzheimer es un tipo de enfermedad neurodegenerativa que, en su forma más leve, puede significar que una persona tiene dificultades para recordar cosas. En su forma más grave, puede resultar en una incapacidad casi total para responder al mundo y a otras personas. La enfermedad generalmente afecta a personas mayores de 60 años y el riesgo de desarrollarla aumenta con la edad.

Los expertos aún no saben por qué algunas personas desarrollan alzhéimer y otras no. Muchos creen que se debe a una combinación de factores genéticos, ambientales y de estilo de vida, pero lo cierto es que, actualmente, no existe una cura conocida.

Según la Asociación de Alzhéimer, una característica de esta condición es la acumulación de placas de proteína beta-amiloide entre las células cerebrales de una persona que les impiden funcionar. Estos cambios pueden comenzar 20 años antes de que se pueda diagnosticar la enfermedad de alzhéimer.

Si los médicos pudieran identificar esta acumulación, podrían tratar el alzhéimer de manera más eficaz, a medida que se disponga de mejores medicamentos. Y dependiendo del avance de la investigación actual, la condición podría potencialmente detenerse por completo.

Sin embargo, las formas actuales de detectar estas acumulaciones tempranas de placa, como las exploraciones por PET, son oportunas y costosas, lo que las hace poco prácticas como técnica de detección a gran escala.

En cambio, la atención se ha centrado en los análisis de sangre para detectar estas placas tempranas. En este sentido, un nuevo estudio descubrió un tipo de proteína en la sangre podría ayudar a predecir la enfermedad de Alzheimer y, por tanto, podría permitir a los expertos diagnosticar la afección décadas antes de que comiencen a aparecer los síntomas.

El papel de la proteína tau

Los investigadores del estudio identificaron otra proteína asociada con la enfermedad de Alzheimer que también podría tener una función similar: tau.

Según los autores de la presente investigación, las proteínas tau suelen estar presentes en el líquido cefalorraquídeo que rodea el cerebro y la médula espinal de una persona con la enfermedad de Alzheimer. Aunque es posible tomar muestras directamente de este líquido, se requiere una punción lumbar, un procedimiento invasivo que puede ser costoso.

Sin embargo, estas proteínas se derraman desde el líquido cefalorraquídeo al torrente sanguíneo, lo que significa que, en teoría, un análisis de sangre podría detectarlas. Si se pueden detectar, en consecuencia, puede ser una señal de que la persona tiene un caso «preclínico» de la enfermedad de Alzheimer.

Estudio encuentra nueva correlación

Para probar esto, los autores analizaron los escáneres cerebrales y las muestras de sangre de 34 personas: 19 sin amiloide en el cerebro, 5 con amiloide pero sin síntomas cognitivos y 10 con amiloide y síntomas cognitivos.

Los autores encontraron que un tipo particular de proteína tau, la tau 217 fosforilada, se correlacionaba con la cantidad de proteínas amiloides en el cerebro de una persona. Si una persona tenía amiloide en el cerebro, tenía aproximadamente dos o tres veces más probabilidades de tener proteína tau en la sangre, pero esto ocurre tanto si la gente tiene los síntomas cognitivos de la enfermedad de Alzheimer como si no.

Según los autores del estudio, el hallazgo de una especie tau única estrechamente relacionado con los cambios causados ​​por las placas amiloides “ayudará a identificar y predecir a las personas que tienen o probablemente desarrollarán alzhéimer”.

Además, posteriormente, los autores repitieron su prueba con un nuevo grupo de 90 participantes: 42 que no tenían amiloide en el cerebro, 20 que tenían amiloide pero sin síntomas cognitivos y 30 que tenían síntomas amiloides y cognitivos.

Nuevamente, hubo una clara correlación entre la proteína tau fosforilada en la sangre y la proteína amiloide en el cerebro. Los autores encontraron que el primero predijo lo segundo con un 90% de precisión.

Al comparar personas con amiloide, pero sin síntomas cognitivos con personas sin amiloide o síntomas cognitivos, encontraron que el análisis de sangre de proteína tau específica identificaba a las personas con amiloide en el cerebro con una precisión del 86%.

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