Imagina que cada vez que miras el rostro de alguien, uno de sus lados aparece distorsionado, como si se derritiese. Suena terrible, ¿verdad? Pues ese es el caso de las personas que padecen una enfermedad poco común, conocida como hemi-prosopometamofosia (hemi-PMO).
De hecho, según un nuevo estudio, publicado en Current Biology, algunas personas con hemi-PMO ven distorsiones en la misma mitad de la cara de una persona, independientemente de cómo vea su cara. Además, los resultados demuestran que nuestro sistema visual estandariza todas las caras que percibimos, utilizando el mismo proceso para que puedan ser mejores en comparación con las caras que hemos visto antes.
Es decir, cada vez que vemos un rostro, el cerebro ajusta nuestra representación de ese rostro para que su tamaño, punto de vista y orientación coincidan con los rostros almacenados en la memoria, al igual que los sistemas de reconocimiento facial por ordenador. Por eso, la hemi-PMO es un trastorno poco común que puede ocurrir después de un daño cerebral.
Cuando una persona con esta afección mira una cara, los rasgos faciales de un lado de la cara aparecen distorsionados. La existencia de hemi-PMO sugiere que las dos mitades de la cara se procesan por separado. No obstante, lo cierto es que, generalmente, esta afección se disipa con el tiempo, lo que también dificulta su estudio.
Precisamente, el último estudio se centró en un hombre diestro de unos sesenta años con hemi-PMO, cuyos síntomas persistieron durante años. Como muchos en esta condición, sus distorsiones fueron causadas por daño a un haz de fibras, llamado esplenio, que conecta áreas visuales con el hemisferio izquierdo y el derecho de su cerebro.
Así, el estudio involucró dos experimentos. En el primero, al paciente le presentaron imágenes de rostros humanos e imágenes sin rostro, como objetos, casas, coches… Y le pidieron que informara sobre las distorsiones. En 17 de las 20 caras vio distorsiones.
Además, las distorsiones siempre estaban en el lado derecho de la cara y los rasgos faciales, generalmente, parecían caídos. Por ejemplo, en una de las caras, informó que el ojo derecho parecía mucho más grande que el ojo izquierdo, mientras que la ceja derecha, el lado derecho de la nariz y el lado derecho de los labios colgaban hacia abajo de manera poco natural.
Dos de las fotografías de la cara que no provocaron una distorsión mostraron vistas de perfil derecho en las que el lado derecho de la cara no era visible. De acuerdo con sus experiencias diarias, el paciente no vio distorsiones en ninguna de las imágenes que no eran caras. Estos resultados muestran que su condición afecta a procesos cerebrales especializados en rostros.
Para la segunda parte del estudio, el paciente informó sobre las distorsiones que vio en 15 caras diferentes que se presentaron de diversas formas: en el campo visual izquierdo y derecho, en diferentes rotaciones de profundidad y en cuatro rotaciones del plano de la imagen: 0 grados o en posición vertical, 90 grados, 180 grados o boca abajo y 270 grados.
Independientemente de cómo se presentasen los rostros, continuó informando que las distorsiones afectaban los mismos rasgos faciales. Por ejemplo, incluso cuando se presentaba una cara al revés, aún veía los rasgos faciales distorsionados en el lado derecho de la cara a pesar de que la distorsión ahora aparecía en el lado izquierdo del estímulo.
La consistencia de la ubicación de la distorsión del hombre demuestra que los rostros, independientemente del punto de vista u orientación, están alineados con la misma plantilla de manera similar a lo que hacen los sistemas de reconocimiento facial por computadora. En su caso, la salida de ese proceso se interrumpe a medida que pasa de un hemisferio cerebral a otro debido a su lesión de esplenio.