Instituciones Sanitarias
El rol de la mujer en la industria tecnológica como acelerador de la innovación, el cambio y el emprendimiento
Cada vez es mayor el número de mujeres que están accediendo a puestos de liderazgo en la industria tecnológica y están rompiendo estereotipos de género en roles técnicos. Tradicionalmente, en este sector ha habido una importante brecha de género, con una menor presencia de mujeres en comparación con la de hombres. Sin embargo, en los últimos años, se está produciendo un cambio de tendencia y de concepción de la estrategia empresarial, fomentando la inclusión y la diversidad.
A su vez, en el ámbito educativo y de formación profesional, las mujeres han desempeñado un papel crucial en la promoción del aprendizaje de la población de todas las edades, así como en la adquisición de competencias personales y profesionales. Y continúan haciéndolo. Las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) ofrecen grandes oportunidades de mejora en educación y formación para todo tipo de profesionales. Por ello, la utilización de las TIC está promoviendo un cambio de paradigma educativo en el ámbito profesional.
La innovación tecnológica hace posible la formación continua en sectores determinantes como la salud, la comunicación, la educación y la sostenibilidad, para profesionales ejecutivos que deben adquirir competencias conceptuales y procedimentales como para aquellos que quieren ascender en su carrera profesional y desempeñar puestos de gestión y responsabilidad dentro de sus entidades. Aquí también se destaca el rol de la mujer como impulsora de programas y planes educativos a distancia, con expertos nacionales e internacionales, que comparten sus conocimientos y técnicas a través de aplicaciones informáticas y soluciones tecnológicas innovadoras para una formación y enriquecedora.
La figura femenina también está contribuyendo a la creación de estrategias de aprendizaje y formación en esos sectores profesionales y en muchos más, y en el hecho de compartir con toda la sociedad estas prácticas. No obstante, no podemos olvidar que es imprescindible seguir trabajando para la completa eliminación de barreras y estereotipos de género. Al mismo tiempo hay que coordinar acciones y prácticas empresariales que fomenten una mayor inclusión y diversidad en todas las áreas de educación, formación profesional y la industria tecnológica.
Quienes nos dedicamos a la educación digital y a la formación en competencias profesionales y digitales para mejorar la empleabilidad, somos conscientes de esta realidad y queremos ser un referente. Por ello, el 50% de nuestras líneas de negocio de educación y formación profesional son lideradas por mujeres, y en los departamentos de cada una de esas líneas, la mayoría de las responsabilidades son gestionadas por ellas. En cuanto a la parte técnica, aún falta un despegue más destacado de perfiles femeninos, aunque no ocurre lo mismo con la parte de inteligencia.
La tendencia debe continuar in crescendo y afianzar la aplicación de políticas de igualdad en instituciones públicas y privadas y en todo tipo de entidades emergentes en el acceso a puestos de responsabilidad. Incluir objetivos de igualdad en la estrategia y política de las compañías no solo revierte en beneficios directos en las acciones y resultados empresariales, sino que favorece la concepción de los propios trabajadores, la comunicación y la imagen pública de la institución.
Asimismo, este tipo de acciones deben ser compartidas en todo tipo de comunidades a nivel nacional, comunitario e internacional. Mantener encuentros, organizar foros y debates entre líderes de todos los sectores y participar en ferias internacionales constituyen ejemplos de prácticas para explorar soluciones alternativas y nuevas oportunidades para seguir emprendiendo y aprendiendo de los grandes referentes y de las nuevas promesas del éxito empresarial.
En definitiva, el papel de las mujeres que participan en el desarrollo de herramientas digitales produce una simbiosis determinante para la innovación en la creación de tecnologías y en su dimensión social y humana. Para conseguir la paridad también debemos animar a las jóvenes a perseguir su vocación y vencer los estereotipos de género que aún quedan patentes.