Desde que se iniciase el incendio forestal declarado el pasado miércoles en Sierra Bermeja, el Centro Operativo Regional (COR) del Infoca está emitiendo constantes mensajes a las poblaciones cercanas para que sus habitantes se mantengan alejados de la columna de humo generada por el fuego. La advertencia de las autoridades se basa en los efectos nocivos para la salud de las partículas que componen la nube originada en los incendios forestales.
Según investigadores del Instituto Scripps de Oceanografía y la Escuela Herbert Wertheim de Salud Pública y Ciencias de la Longevidad Humana de la Universidad de California (publicado en la revista Nature Communications), “existe una considerable diferencia entre la toxicidad de las partículas finas (PM 2,5) según su origen y en el caso de los incendios forestales se les atribuye un mayor potencial para causar inflamación y estrés oxidativo en el pulmón”, detallan. En base a esos datos, el informe concluye que “el humo de los incendios forestales es hasta 10 veces más dañino para la salud humana que el PM 2,5 de otras fuentes”.
El humo de un incendio se compone de una mezcla de gases y partículas finas que se producen cuando se queman la leña y otros materiales orgánicos. “Estas partículas microscópicas suponen una amenaza para la salud porque pueden provocar problemas de cuando llegan a los ojos y al sistema respiratorio. En el caso de personas con enfermedades cardíacas y pulmonares crónicas, sus diagnósticos pueden verse agravados”, explica el Jefe de Servicio de Neumología del Hospital Quirónsalud Marbella, el doctor José María Ignacio García. El especialista recomienda el uso de mascarillas de protección específicas que impidan el paso de estas moléculas.
“Aquellas personas que se encuentren cerca de un incendio o en el radio de influencia de la columna de humo generada, deben utilizar mascarillas FFP2 y FFP3 cuyo nivel de protección impide la inhalación de partículas procedentes de los mismos. En estos casos, la mascarilla quirúrgica no es efectiva”, puntualiza.
El impacto de la contaminación por incendios forestales no afecta a toda la población de la misma forma, los especialistas subrayan que los niños (cuyo sistema respiratorio está en desarrollo) y las personas mayores son más vulnerables a sus efectos. La exposición al humo del incendio forestal puede desencadenar una serie de síntomas: ardor en los ojos, goteo nasal, tos, flema, sibilancia… “Las personas con enfermedades pulmonares pueden percibir pérdida de fuerza al respirar o incluso dificultad en la inspiración”, señala el Dr. Ignacio.
Especial cuidado al limpiar las cenizas
La nube generada por un incendio forestal suele impulsar las partículas de humo a kilómetros de distancia del lugar de origen de las llamas. Un recorrido que queda visible por las cenizas que la nube deja a su paso en jardines, terrazas, tejado… Hay que tener especial cuidado a la hora de retirar estos restos: “Hay que evitar la suspensión de las moléculas en el aire, ya que podemos inhalarlas y que accedan directamente a los pulmones”, advierte el especialista del Hospital Quirónsalud Marbella.
Para las tareas de limpieza se aconseja:
- Utilizar aspiradoras con filtros HEPA.
- Llevar su vehículo al lavado de autos.
- Lavar los juguetes que han estado en contacto con ceniza;
- Limpiar la ceniza de la piel de las mascotas.
- Evitar cualquier contacto de la piel con la ceniza.