En cualquier país, la investigación hospitalaria es fundamental para la sociedad, pero, en España, parece que está especialidad está permanentemente olvidada, o así es como se sienten un gran número de profesionales de esta área, ¿no?
No es una cuestión de percepción, la investigación hospitalaria es la principal asignatura pendiente del Sistema Nacional de Salud. Cualquier sistema sanitario moderno se centra en tres grandes pilares: la asistencia, la formación de nuevos profesionales y la investigación. En fecha tan reciente como 2010, el Profesor Segovia de Arana, probablemente la persona que más ha contribuido a la modernización de la sanidad española, reconocía que “lo más importante que se puede hacer hoy día en la medicina española, donde la parte asistencial ya es perfecta, es fomentar la investigación sanitaria”. Y desde 2010 la situación no ha mejorado, en particular por las crisis económicas y la aplicación de la Ley de Estabilidad Presupuestaria, que ha impedido que se estabilizara a numerosos profesionales procedentes de los programas de captación de talento para investigación, generando una enorme conflictividad laboral en este sector.
Para los que no conozcan esta especialidad, ¿podría explicarme cuáles son las funciones de un investigador hospitalario?
En el sistema sanitario hay especialistas expertos en toda clase de trastornos. Del mismo modo, nosotros somos los especialistas en investigar. Dedicamos el 100% de nuestro tiempo de trabajo a la investigación de los problemas y retos que surgen a diario durante la labor asistencial. Por ejemplo: ¿por qué varios pacientes responden de manera distinta a un tratamiento?, ¿cómo afrontar esta nueva enfermedad emergente?, etc.
Tenemos muchos tipos de formación: unos somos médicos, otros biólogos, químicos, físicos, etc. A lo largo de nuestra carrera, que incluye en la práctica totalidad de los casos un doctorado, hemos adquirido la formación y competencias necesarias para dirigir y realizar investigación, así como las técnicas especializadas y las formas de pensar que son necesarias para ello. La clave está en que dedicamos todo nuestro tiempo a investigar, mientras que el médico que está en labores asistenciales no suele disponer de tiempo para ello, o lo saca trabajando en ella fuera de su jornada laboral.
La experiencia demuestra que los progresos mayores se logran cuando los médicos asistenciales y los investigadores trabajamos hombro con hombro. Entre nuestras competencias está la creación y dirección de equipos científicos, la formación de nuevos investigadores y la enseñanza de la investigación a los profesionales asistenciales, la captación y el uso de fondos para investigación, la generación de resultados y la divulgación de los mismos, así como la obtención de patentes y el desarrollo, evaluación y despliegue de nuevas tecnologías de uso en sanidad (pensemos en las terapias celulares avanzadas, la secuenciación masiva, los avances en medicina de precisión y en la aplicación de la inteligencia artificial a la salud, etc.).
En este sentido, ¿cuáles son los principales retos a los que se enfrentan?
En la actualidad, la mayoría de los profesionales que son investigadores hospitalarios en sentido estricto (es decir, que no son facultativos, que dedican parte de su tiempo de trabajo a investigar) están segregados en instituciones distintas de los hospitales – las Fundaciones de Investigación Biomédica, lo cual es la fuente de la mayoría de problemas laborales. Dichas Fundaciones fueron creadas para gestionar los fondos de investigación, tarea que realizan con eficacia, pero nunca se previó que se ocuparan también de gestionar los recursos humanos, por lo que no existe un marco legal adecuado.
Por ello, la investigación hospitalaria tiene una tasa de temporalidad de las más altas de España (en torno al 80%), existen discriminaciones salariales y grandes diferencias en la situación profesional y derechos laborales entre comunidades autónomas, no hay carrera profesional, etc. En los últimos años, la colaboración de nuestra asociación con sindicatos y Administraciones Públicas ha llevado a la negociación de convenios laborales en algunas comunidades autónomas (como Madrid, Andalucía y Galicia) y a la creación de estatutos del personal investigador hospitalario (como en Baleares).
Sin embargo, la negociación de los convenios desde cero es un proceso extremadamente lento (ocho años para el convenio de Madrid, el único que ha entrado en vigor) y los convenios solamente resuelven algunos de los problemas más acuciantes. La solución a estos problemas está prevista en la vigente Ley de Investigación Biomédica, en la que se establece que las Administraciones Públicas fomentarán la incorporación a las plantillas hospitalarias de personal investigador en régimen estatutario, lo que garantiza una situación laboral digna y con un marco jurídico plenamente desarrollado, a la vez que soluciona los problemas derivados de la aplicación de la Ley de Estabilidad Presupuestaria. Por desgracia, la mayoría de las Administraciones lleva orillando aplicar esta medida desde que se promulgó la ley en 2007. Esperemos que el cambio en la percepción de la investigación hospitalaria motivado por la pandemia por parte de la sociedad y, en particular, de nuestros políticos, ayude a que comience a aplicarse esta solución.
La investigación, al igual que muchas otras áreas, también ha evolucionado con el paso del tiempo. ¿Qué nuevos métodos diagnósticos se están utilizando para identificar y analizar las enfermedades?
Utilizamos todos los recursos que la ciencia y la tecnología ponen a nuestro alcance, desde los últimos avances en epidemiología, inteligencia artificial, big data y modelización hasta las últimas novedades en todas las tecnologías -ómicas, ultrasecuenciación o edición génica, pasando por la creación y análisis de modelos animales y celulares de enfermedad, las terapias génica y celular, la biología de sistemas, la virtualización, la nanotecnología… La lista es extensísima y abre muchísimas nuevas vías para el diagnóstico y tratamiento de los pacientes.
Se dice que, para poder investigar el problema, hay que estar muy cerca del paciente. ¿Qué opina al respecto?
Estoy totalmente de acuerdo. Fíjese en que hay un consenso en todos los países avanzados en que la solución a los problemas sanitarios pasa por tener una investigación hospitalaria fuerte y desarrollada. Hay que estar donde está la acción, así que lo crítico es que los profesionales de la asistencia y los de la investigación trabajen juntos, hombro con hombro, para enfrentarse a las cuestiones que surgen todos los días. Con los investigadores fuera de los hospitales, esa tarea se vuelve prácticamente imposible. Dentro, nuestra colaboración produce muchísimos frutos.
La Asociación Nacional de Investigadores Hospitalarios está formada por una gran variedad de disciplinas que realizan su investigación en hospitales, institutos y en fundaciones de investigación sanitaria, ¿podría mencionarnos algunas?
La inmensa mayoría pertenecen a las Ciencias de la Vida, como Biología y disciplinas afines (Bioquímica, Biotecnología, Bioinformática, etc.), Medicina, Farmacia, etc. También contamos en nuestras filas con otros científicos como Químicos, Físicos o Matemáticos, así como con ingenieros. La investigación hospitalaria es cada vez más multidisciplinar y es esa variedad de enfoques la que conduce al éxito.
Actualmente, cuentan con más de 300 proyectos de investigación públicos y privados. ¿Cómo gestionan todos estos proyectos?
Esos proyectos son dirigidos por nuestros socios, como parte de sus funciones como investigadores, y gestionados por las entidades a las que ellos pertenecen, que en su mayoría son las Fundaciones de Investigación a las que me referí anteriormente. En esas Fundaciones hay excelentes gestores implicados en tareas de innovación, contratación y administración de los fondos de investigación, que pelean con las restricciones que impone una legislación del sector público que no está pensada para ese tipo de fondos, y que igualmente carecen del reconocimiento del sistema y de una carrera profesional específica. Este es otro problema que debe resolverse, cuanto antes mejor.
Centrándonos en la asociación, ¿cuáles son sus principales objetivos?
Nuestro principal objetivo es conseguir crear una carrera profesional para todo el personal de investigación en el Sistema Nacional de Salud, con un marco laboral digno y estable. Queremos concienciar a los poderes públicos y a la sociedad en general de la vital aportación de la investigación hospitalaria a la calidad de nuestro sistema sanitario. Y por supuesto, velamos por la defensa de los intereses de nuestro colectivo, así como asesoramos a las Administraciones, a los Parlamentos y a los partidos políticos en cuestiones relacionadas con nuestra actividad, en particular a través de nuestra participación en COSCE (Confederación de Sociedades Científicas de España).
Para finalizar, ¿qué proyectos tienen en mente para desarrollar a medio y largo plazo?
Nuestros proyectos más inmediatos son ayudar a paliar las carencias del sistema de investigación hospitalaria introduciendo enmiendas a la ley de Presupuestos Generales del Estado que permitan aliviar la temporalidad y eviten la fuga de cerebros, como ya hicimos con una enmienda a la Ley de PGE 2021. Además, estamos colaborando con el Ministerio de Ciencia e Innovación para la reforma de la Ley de la Ciencia, trasladando la urgente necesidad de regular el único sector de la investigación científica que no está correctamente regulado (ya que existen carreras profesionales completamente reguladas para el personal de investigación de las universidades y de los Organismos Públicos de Investigación como el CSIC). Quiero destacar nuestra sintonía con el actual equipo ministerial, que está singularmente atento a los problemas de nuestro colectivo. Por último, buscamos colaborar con todas las entidades interesadas en promover la investigación hospitalaria, tales como asociaciones de pacientes (por ejemplo, FEDER), la industria farmacéutica, la asociación de entidades de gestión de investigación clínica REGIC, etc.