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«Estamos convencidos de que se puede prevenir la aparición o progresión de trastornos oculares acudiendo con regularidad al oftalmólogo»

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Antonio Piñero Bustamante es Licenciado en Medicina y Cirugía por la Universidad de Sevilla en 1972; Doctor en Medicina el año 1974; Profesor Adjunto de Oftalmología de la Universidad de Sevilla en 1978; Profesor Agregado de Oftalmología de la Universidad de Extremadura en 1979; Catedrático de Oftalmología de la Universidad de Zaragoza desde 1980 hasta 1987; y Catedrático de Oftalmología de la Universidad de Sevilla desde el año 1987-2017. Actualmente, es el Presidente de la Sociedad Española de Oftalmología (SEO).

Son varios los estudios que indican que los jóvenes españoles no suelen revisarse la vista de forma regular. ¿Cada cuánto tiempo es conveniente que las personas, ya sean jóvenes, adultas o mayores, acudan al oftalmólogo?

Siempre los oftalmólogos hemos mantenido la importancia de las revisiones de los ojos periódicamente a lo largo de la vida. Inicialmente, aconsejamos a los padres la revisión al inicio de la edad escolar, pues descartamos defectos de refracción, ambliopía, que es la disminución de la visión de un ojo sin que exista una causa orgánica que la justifique, en ese periodo crítico de desarrollo del sistema visual, que suele terminar a los 9 años de edad.

Los jóvenes deben revisarse sobre todo si hay antecedentes familiares de defectos de refracción o cualquier otra patología como el glaucoma, diabetes o patologías de la retina.

A partir de los cuarenta años, que es la edad media de la vida, la naturaleza nos llama la atención con la aparición de la vista cansada, es como si nos quisiera decir: «Aproveche esta circunstancia y hágase esa revisión, necesaria, para poder seguir manteniendo una buena salud ocular, una buena visión».

Y las personas mayores, por lo general, se cuidan más, le dan más valor a la visión, la necesitan más y acuden con más frecuencia. Así podemos prevenir o tratar los problemas degenerativos que con la edad aparecen.

En este sentido, ¿por qué cree que ese porcentaje de la población no acude a estas revisiones?

Debo decir que la preocupación de los padres por la buena visión de sus hijos pequeños ha aumentado en los últimos años. Dicho esto, la gente joven yo diría que no se plantean tener “algo”, se ven sanos y fuertes y, en contadas ocasiones, acuden. Y si lo hacen, son más aquellos que han tenido algún familiar con problemas.

Por otro lado, cuando aparece la vista cansada, las personas se compran unas gafas en cualquier farmacia u óptica y siguen manteniendo la visión de cerca. Yo aconsejaría a todas esas personas, lo que antes he comentado, que recuerden que es un buen momento para revisar sus ojos y mantener su salud ocular.

Actualmente, ¿cuáles son las patologías o condiciones oculares más habituales?

En la infancia, la ambliopía y el estrabismo. En la juventud, los defectos de refracción, estamos viendo como la incidencia de la miopía está aumentando y se relaciona en la actualidad con el trabajo de cerca a esas edades: móviles, Tablet, ordenadores etc. En países asiáticos, donde la miopía es endémica, están prohibiéndole a los niños y jóvenes su uso y potencian más la vida al aire libre, tienen más horas de recreo sin esos aparatos.

Y en los adultos, las patologías como el glaucoma, al que se le domina “la ceguera silenciosa” pues no suele dar síntomas, y aquellas relacionadas con la mayor supervivencia de la población: cataratas, degeneraciones de la retina relacionada con la edad, la diabetes y lo que denominamos “el ojo seco”, que es una alteración de la superficie ocular, por distintos motivos y que suele ser más frecuente en la mujer.

¿Considera que se puede prevenir la aparición o progresión de trastornos oculares acudiendo con regularidad al oftalmólogo?

Estamos convencidos de que sí, lógicamente no toda la población del país tiene problemas oculares, pero todos aquellos que la tengan o tengan antecedentes familiares deben hacerlo.

Hay grupos de trabajo que, utilizando la inteligencia artificial, pueden predecir el riesgo de un glaucoma o de una enfermedad retiniana solo con una imagen del fondo del ojo y, posiblemente, en unos años tendremos App que nos ayuden no solo a prevenir, sino también a valorar el propio paciente y la evolución de su patología.

¿Y adaptando determinados estilos de vida saludables?

La vida saludable no es solo una buena alimentación, la ausencia de enfermedad, pasarse el día en la consulta del médico y tomando pastillas. Yo creo que es una actitud ante la vida donde podemos incluir desde el ejercicio físico, la amistad, la conversación, el aire libre, la alegría y todo lo que cada uno considere que le hace disfrutar y sentirse bien.

Hoy en día, en cualquier lugar nos encontramos a la gran mayoría de las personas con el móvil en la mano y mirando hacía abajo. Eso no es vida saludable. Yo le suelo decir a mis nietos que la cabeza pesa mucho y se van a quedar encorvados de tanto mirar hacia abajo. Por tanto, creo que se puede cuidar la patología ocular y, además, tener una vida saludable.

Centrándonos en la Sociedad Española de Oftalmología, ¿cuál es la labor de esta entidad?

Nuestra Sociedad Española de Oftalmología (SEO) va camino de los 120 años y tiene un carácter puramente científico, con la misión de la formación continuada de los oftalmólogos y el cuidado de la salud ocular de los españoles.

Así, buscamos la excelencia profesional, científica y la innovación, tanto en la clínica, como en la cirugía y la investigación. La SEO ha dado lugar a otras sociedades especializadas en diferentes patologías oculares, lo que contribuye a mejorar la docencia y el crecimiento de las subespecialidades.

También informamos y aconsejamos a todos los socios, como hemos hecho durante esta pandemia, sobre los contagios, precauciones y cuidados a tener en consultas y quirófanos con nuestros pacientes y entre nosotros.

¿Fomenta la sociedad la formación y la investigación?

Fomenta la formación y la investigación en este país donde la formación continuada de los médicos oftalmólogos está asumida por la Sociedad, pues la sanidad pública no lo hace.

La investigación también, a través de ensayos clínicos, y con la ayuda de Oftared  y la red temática de investigación cooperativa en salud (RETICS). También  con los distintos grupos de investigación incluidos en el Instituto   de Salud Carlos III. Ya nos gustaría que este país dotara de más fondos para la investigación y cuidara mejor la formación de sus médicos.

En el ámbito de la oftalmología, ¿cuáles son los avances científicos y tecnológicos más actuales?

Yo destacaría tres situaciones que han cambiado la oftalmología en las dos últimas décadas. Por un lado, los avances en la clínica con la capacidad de ver, entender y diagnosticar enfermedades que antes resultaba imposibles comprender que pasaba. Aquí la tecnología ha revolucionado nuestra capacidad de diagnóstico.

Por otro lado, la terapéutica médica y quirúrgica. Los tratamientos actuales para enfermedades oculares de origen inmune, para enfermedades como la diabetes o degenerativas, como es la DMAE con fármacos intraoculares, o el tratamiento con fármacos en colirios que nos permiten controlar   enfermedades intraoculares y de la superficie ocular, eran impensable hace escasos años.

Y la cirugía ocular, que siempre fue una cirugía elegante y preciosista, es ahora mucho menos agresiva, con resultados excelentes en cualquier patología gracias a la tecnología y lógicamente a la habilidad de los cirujanos.

Y, por último la investigación, que ha permitido todos estos avances y que, en la actualidad, solo diré, que empezamos a hablar de terapia génica.

Por último, ¿qué consejo daría para optimizar el cuidado de la salud de nuestros ojos?

Hay un eslogan que decía “dos ojos para toda la vida” y yo les diría a las personas que nos lean que piensen, por un momento, el valor que tienen los ojos, el poder ver y qué les pasaría si  perdieran la visión.

Yo creo que el consejo se lo darían ellos mismos. Si tengo algo, al menos una revisión anual y, si no me noto nada, una revisión a los cuarenta años y luego periódicamente.

Y para terminar, le diría a los lectores aquello que decía Antonio Machado: “El ojo que ves no es ojo porque tú lo veas; es ojo porque te ve».

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