En muchos países, los enfermos pueden elegir libremente entre acudir a un médico convencional u optar por alguna terapia alternativa. De hecho, en China, por ejemplo, el paciente disfruta de una atención médica combinada con lo mejor de la medicina convencional y la tradicional. ¿Ocurre eso en España?
No, desgraciadamente, aunque es algo que se lleva pidiendo desde hace muchos años, aún no es lo habitual. Si bien es cierto que algunas mutuas incluyen servicios de acupuntura, al ser una actividad privada, es más difícil acercarlo al gran público.
¿Por qué cree que es así?
Los motivos son variados. Primero es la tradición. En España tenemos un modelo sanitario público que, como decía antes, al no incluir estas otras opciones terapéuticas, los pacientes no pueden conocerlas y disfrutar de ellas.
Además, aun hoy en día, hay mucha reticencia por parte de los médicos alópatas (los que practican la medicina “oficial” u occidental) al considerar que la Medicina Tradicional China (MTC) no es válida como herramienta terapéutica.
Y un tercer motivo, que iría ligado al primero, es que la MTC, a menudo ofrece soluciones terapéuticas que harían perder cuota de mercado a otras grandes industrias como la farmacéutica, y eso también es un motivo de peso a tener en cuenta.
Usted se ha formado como terapeuta en la Medicina Tradicional China, ¿qué diferencias observa con la medicina que se practica en España?
¡Son tantas! Para empezar, para hacer una buena valoración diagnóstica, hay que dedicar buena parte de la primera visita a hacer una anamnesis muy completa en la que se miran variables como la cantidad de veces que se va al baño para orinar o defecar, las características de la orina y de las heces, se valora la lengua del paciente, se observa la forma en que camina, la coloración de su piel, el tono de voz, se palpan los pulsos en ambas muñecas (los buenos terapeutas, pueden llegar a detectar hasta 28 pulsos diferentes).
Por otra parte, destaca la manera en que plantean la forma de comer: no se hace desde una visión calórica, sino funcional de los alimentos en relación a cómo estos actúan dentro del paciente teniendo en cuenta el sabor de los mismos (si son de naturaleza salda, amarga, ácida, dulce o picante) además de su color y de la forma de cocción.
Y sobre todo es de extrema importancia valorar a través de la observación de los puntos antes mencionados, el factor emocional para ver cómo nos están afectando las emociones en nuestro estado de salud.
¿Cuál es la situación de este tipo de medicina en nuestro país?
Ahora mismo, el sector, debido a que es una actividad privada, en estos momentos actuales, está pasando un momento muy complicado.
Hablando sobre las terapias, a su parecer, ¿Cuáles son las que mejor funcionan?
Eso depende del paciente. No hay ninguna terapia que pueda decir que supera a otra. Si bien es cierto que hay determinados tipos de enfermedades que son mejor abordadas y con resultados más favorables a través del uso de otras visiones de la medicina como la que ofrece la MTC, al final, lo importante es valorar cada caso individualmente, y ofrecerle a la persona consultante las herramientas terapéuticas que uno tiene y ver si esas herramientas le son válidas. Y si no, hay que ser humilde, y sugerir que pruebe otras opciones con las que a lo mejor él o ella se podría sentir más identificado o identificada.
En Europa, la acupuntura es una terapia alternativa que se practica cada vez más, ¿piensa que puede llegar a convivir con la medicina convencional?
No puede, debería. La medicina convencional es excelente en el tratamiento de enfermedades agudas, así como en medicina de urgencias y emergencias. Pero cuando hablamos de enfermedades crónicas, que son las que suponen un mayor gasto económico para las arcas de un país, además de acarrear muchas molestias para el paciente, el uso de tratamientos como la acupuntura, diferentes técnicas de masaje, el uso de plantas medicinales o la práctica de terapias que utilizan el cuerpo y la mente como el yoga, el Tai Chi Chuan o la meditación tienen evidencias científicas más que probadas de que son mucho más efectivas que las terapias provenientes de la medicina convencional.
¿En qué enfermedades la acupuntura debería ser el tratamiento prioritario?
Desde mi punto de vista, todas las disfunciones orgánicas que supongan procesos dolorosos musculares y articulares, la acupuntura, si no la primera, debería ser de las primeras opciones a tener en cuenta.
Asimismo, ha mostrado gran efectividad en alteraciones relacionadas con la esfera emocional como la ansiedad o la depresión.
Generalmente, la terapia alternativa oriental que más se conoce es la acupuntura, pero, ¿podría hablarnos de otras terapias que no sean tan conocidas y que llamasen su atención cuando comenzó a formarse en este ámbito?
¡Gracias por preguntármelo! Desgraciadamente, de una tan vasta medicina como la china solo se conoce la acupuntura. Pero más que la misma acupuntura, para los auténticos médicos tradicionales chinos, consideran que lo primero, básico y más importante es el uso adecuado de la respiración mediante ejercicios de Qi Gong, Tai Chi y Meditación.
En segundo lugar, como ya decía antes, desde la MTC se propone una alimentación determinada en base a los diferentes sabores y colores de los alimentos en relación a la disfunción orgánica a tratar.
Además, si con todo ello no hay suficiente, y dependiendo del estado general del paciente, se pueden utilizar diversas técnicas de Tui Na o “osteopatía china” en la que hay diferentes métodos de masaje, desde alguno muy suave a otros mucho más intensos.
Después tenemos la fitoterapia china. O sea, el uso de plantas medicinales para reforzar los órganos afectados del o de la paciente (aunque debo decir que, si aplicamos los principios de la MTC, también podemos utilizar plantas medicinales europeas vistas desde una visión orientalizada).
Por otra parte, algo que sí que me sorprendió, fue que utilizaban el “cupping”, o ventosas, que en nuestra medicina europea ancestral también se había utilizado mucho, pero que esta medicina no ha dejado de utilizar. Hoy día se utilizan unas ventosas de plástico, pero el método clásico y original es utilizar recipientes de cristal que se aplican en la espalda para aumentar la irrigación sanguínea en una zona determinada.
También me sorprendió que, para ellos, el uso de la acupuntura es utilizado como último recurso. Hay que pensar que clavar una aguja es siempre, por pequeña que sea, una agresión al cuerpo del paciente, y si se puede mejorar la calidad de vida de una persona con las herramientas que he comentado en esta pregunta, siempre es mejor que tener que utilizar agujas.
Asimismo, añadir que además, para reforzar el tratamiento con agujas, también se pueden utilizar pequeñas descargas eléctricas mediante lo que denominamos electroacupuntura, algo que desconocía en el momento de aprender esta medicina y que me pareció muy interesante.
Para finalizar, ¿qué le diría a aquellos profesionales de la salud que miran con escepticismo este tipo de terapias?
Que investiguen un poco. Pubmed, la biblioteca Cochrane, Scielo, Google académico, etc. son buscadores de estudios científicos plagados de trabajos sobre la eficacia, la eficiencia y efectividad de este tipo de terapias.
Además, les invito a que reflexionen cómo puede ser que una medicina como la que aquí estoy compartiendo, aún exista, a pesar de que incluso en China, en varios momentos de su historia, fue duramente castigada su práctica. Pero gracias a la valentía de muchas personas que defendieron con su vida su saber milenario, aún podemos disfrutar de ella.
