¿Por qué eligió la Urología? ¿Ha cambiado mucho esta especialidad con el paso de los años?
¡Ha cambiado muchísimo! ¡Fíjate que cuando empecé no existía ni el Sildenafil! La elegí porque es una disciplina en la que se tiene mucho trato con personas, a las que puedes ayudar de una manera muy íntima, en momentos de su vida muy especiales y críticos. Volvería a hacer urología mil veces. Es el mejor trabajo del mundo.
Usted ha enfocado su carrera también a la salud sexual y, en concreto, a la salud masculina, ¿no?
Sí, fue amor a primera vista. Los residentes se peleaban por ir a operar y yo por ir a la consulta de andrología. Desde el primer día que era el sitio donde quería estar… Ayudando a hombres con problemas de hombres.
¿Qué es lo que más le gusta de su trabajo?
Ayudar a gente. Escuchar a los hombres. Ofrecer resultados. Cambiarles la vida.
Los problemas de próstata son frecuentes en los varones a partir de cierta edad. ¿Cuándo es recomendable empezar a ir a revisiones periódicas?
A los 50 es lo que se recomienda. Hay mucha psicosis con esto y, a veces, vemos chicos de treinta y pico que han leído que se tienen que mirar la próstata. A los 50 es cuando hay que hacerlo, a no ser que tengas casos de cáncer de próstata en tu familia. Entonces lo recomendable es empezar entre 5 o 10 años antes.
¿Cuáles son las patologías más frecuentes?
Problemas de próstata, problemas de erección, eyaculación precoz, enfermedad de Peyronie… Todas estas enfermedades son muy comunes. La mayoría de hombres acaba pasando por la consulta del urólogo (o uróloga), por una cosa u otra.
También son comunes los problemas de erección, ¿cómo se tratan?
Lo primero es un buen diagnóstico. Entender qué ocurre. Y después plantear el tratamiento. Hay que entender que el mismo problema tal vez necesite dos soluciones diferentes para dos hombres diferentes.
En temas de sexo, no se puede estandarizar… Hay que hacer un traje a medida para cada persona, para cada pareja.
Aunque, generalmente, la urología se asocia con el hombre y la ginecología con la mujer, hay casos en los que también existen patologías femeninas en la urología. En este sentido, ¿En qué casos deben de acudir las mujeres al urólogo?
Piedras en el riñón, infecciones de orina, incontinencia, sangre en la orina… A pesar de que nos visitan menos, las mujeres también necesitan urólogos y urólogas.
¿Por qué cree que a los hombres les cuesta tanto hablar de cuestiones de salud relacionadas con la medicina sexual y la urología?
Es algo cultural. No han educado en que el sexo es malo, oscuro y pecaminoso. Además, a los hombres nos enseñan que no “es de hombres” estar enfermo… ¡¡¡Pues mucho menos tener problemas sexuales!!! Los hombres tendemos a confundir la vulnerabilidad con la debilidad. Y no hay mayor demostración de fuerza que contar tus problemas, que buscar ayuda. Porque con eso mejoras. Y vuelves más fuerte.
¿Qué avances cree que se van a realizar en la urología?
Esto cambia día a día. Robótica, inteligencia artificial, big data, medicina digital, medicina personalizada, hiperespecialización… La urología es una especialidad muy tecnológica y muy variada. Y necesitamos mucha maquinaria para hacer cada día mejor nuestro trabajo. No me cabe duda de que estoy viviendo un momento apasionante en la historia de mi especialidad.