Entrevistas
«La psicología es importante porque puede ayudarnos a ser más felices y vivir llenos de serenidad»
¿Por qué decidió dedicarse al mundo de la psicología? ¿Qué fue lo que le atrajo de esta disciplina?
En mi caso, como le ocurre a muchos profesionales que se dedican a ayudar a los demás, supe casi desde siempre que deseaba dedicarme a la psicología. A los 12 o 13 años ya sabía lo que quería estudiar. Creo que lo que me atrajo de la psicología es la capacidad de introducirme en el mundo emocional de otra persona. Una de las cosas que me fascinan de mi trabajo es el poder de las palabras, la liberación que podemos sentir cuando nos podemos sincerar y otra persona escucha atentamente, sin prisas, acogiendo tu dolor y sufrimiento.
Me considero muy afortunada por poder dedicarme a esta profesión y estoy profundamente agradecida a cada paciente que he tenido y que tendré en el futuro, son mis maestros.
¿Qué importancia le ve a la psicología?
La perspectiva que tengo actualmente de la psicología y hacia donde estoy encaminando mi trabajo cotidiano, es un enfoque más amplio. No me centro excesivamente en la patología y los trastornos emocionales o psicológicos de mis pacientes, aunque estos son mi punto de partida, sino que me centro en cosas bastante sencillas, aunque profundas y muy importantes, como aprender a escucharnos, comprendernos y aceptarnos.
Intento que las personas que atiendo y que leen mis artículos sepan que las emociones son sus aliadas, amigas que les visitan de vez en cuando para escucharse y quererse más. Creo que la psicología es importante en esta etapa de la historia porque puede ayudarnos a conocernos mejor, a crear la vida que siempre hemos deseado y, en definitiva, a ser más felices y vivir llenos de serenidad.
Con el avance de las nuevas tecnologías y, sobre todo, de Internet, hay una nueva tendencia que, cada vez, está más de moda: la psicología online. Algo que desempeña usted. ¿Cómo funciona exactamente este tipo de psicología?
Considero que todos los profesionales debemos adaptarnos al desarrollo tecnológico y los psicólogos tenemos la enorme ventaja de atender a nuestros pacientes por videoconferencia, una modalidad de atención igual de eficaz que la terapia presencial, pero que cuenta con ciertas ventajas como el evitar desplazamientos, adaptar las sesiones a los huecos disponibles de cada persona y la posibilidad de concertar citas psicológicas de urgencia.
Lo que a mi parecer es muy importante, es ejercer desde plataformas de telemedicina o telepsicología que respeten la ley de protección de datos y la confidencialidad.
¿Cómo comenzó a desempeñar este tipo de psicología? ¿Considera que es la psicología online es el futuro de esta disciplina?
Mi decisión de iniciarme en la psicología online vino motivada por la crisis económica que vivimos desde 2008. Al acabar el máster de Psicooncología, estuve prácticamente todo 2012 dedicándome a buscar trabajo y debo reconocer que fue un año duro, donde me desesperé porque parecía que no encajaba en ninguna oferta. En esta etapa me sentía agotada emocionalmente, especialmente por no poder ayudar a la gente, mi propósito vital esencial. Sin duda alguna creo que el futuro de la psicología es la atención online, ya que no hay barreras que nos separen de los pacientes, pudiendo atender a personas que viven en lugares remotos o donde no hay profesionales disponibles.
En 2013 comencé a sentir que si no tomaba las riendas de mi vida, esta situación no iba a mejorar por sí sola, de modo que comencé a crear mi página web: www.cuidado-psicologico.es, desde la que comencé a ofrecer terapia online. Al principio atendí a pacientes por email, después pasé a atención telefónica y hace unos tres o cuatro años comencé a atender por videoconferencia. Al mismo tiempo, comencé también con la formación online.
La experiencia que acumulé con mis alumnos me sirvió para escribir los libros que he escrito (y escribiré en el futuro). Creo que todas las crisis son oportunidades que nos ayudan a crecer y avanzar, así ha sido al menos en mi caso.
¿Cuáles son las situaciones más frecuentes por las que la gente suele acudir a los psicólogos?
Desde mi experiencia directa, la sintomatología habitual por la que los pacientes contactan conmigo son: ansiedad (especialmente tras la presencia de ataques de pánico), depresión, tristeza, estrés y síntomas físicos que sugieren la presencia de estrés y ansiedad como insomnio, pérdida de apetito, dificultades para atender, peor rendimiento intelectual y problemas en sus relaciones con seres queridos y conocidos.
Pero la razón más profunda por la que las personas desarrollan estos trastornos y problemas emocionales creo que es solo una: se han perdido a sí mismos. La vida, con su ritmo frenético, nos tiene siempre entretenidos, llenos de responsabilidades y estas no dejan espacio para nosotros, para dedicarnos un tiempo, para escucharnos profundamente, para relajarnos y no hacer nada.
El objetivo esencial de mi trabajo terapéutico, pasa por volver a conocerse a uno mismo y aprender a dedicarse tiempo.
Otro de los aspectos a destacar es el Mindfulness, pero, ¿qué es exactamente y de qué manera se aplica en el ámbito terapéutico?
La palabra mindfulness la podemos traducir al español como “atención plena” y en un nivel básico, lo que esta práctica milenaria nos aporta, es aprender a vivir en el presente. Creemos que vivimos en el presente, pero en realidad solemos vivir en el pasado (en el sufrimiento vivido, en las heridas pasadas) y en el futuro (siempre anticipando, siempre corriendo hacia el mañana). Vivimos en el presente cuando aceptamos cualquier emoción, cuando no huimos del sufrimiento, la tristeza y ansiedad, vivimos en el presente cuando permitimos que la vida nos lleve hacia situaciones que nos enseñan lecciones importantes, aunque suframos por el camino.
En un nivel más profundo, la práctica de la atención plena nos introduce en conceptos filosóficos antiguos y llenos de sabiduría, especialmente recolectados por el budismo. Algunos de estos conceptos complejos y sencillos al mismo tiempo, son: todo cambia, nada permanece, aceptar la vida tal y como es y tratar de sacarle el máximo partido posible, contactar con nuestra mente más allá de pensamientos y emociones, que también pasan, también desaparecen. Creo que gran parte del sufrimiento que experimentamos los humanos viene por negar el cambio, por desear que todo se quede estático, lo que es imposible porque la vida es cambio constante.
¿Es importante integrar la espiritualidad en nuestra vida cotidiana y profesión? ¿Por qué? ¿Qué beneficios nos puede aportar?
Debo decir que desde pequeña he sentido una profunda espiritualidad que se ha acentuado con los años. Mi trabajo en cuidados paliativos, con pacientes que se encontraban en las puertas de la muerte, acentuó aún más mi búsqueda espiritual. Considero que el crecimiento personal debe ir unido al espiritual porque nos ayuda a ver la vida con cierta perspectiva, sin tomarnos las cosas tan personalmente, sabiendo que la vida es un camino que nos muestra las lecciones que debemos aprender y nos permite comprender que todos los seres sintientes estamos unidos, que en realidad todos somos uno. En mi trabajo habitual suelo introducir la espiritualidad a través de la atención plena, pues creo que ambas se complementan a la perfección.
Hay múltiples estudios que han vinculado la espiritualidad con una mejor salud mental, una mayor flexibilidad emocional (aceptando cualquier suceso de la vida con calma), promueve una mayor resiliencia y esperanza, nos ayuda a vivir el final de la vida con serenidad, lo que reduce el sufrimiento tanto de quien se va como de quien acompaña.
España se encuentra, actualmente, viviendo una situación muy difícil a causa del coronavirus y la psicología tienen un papel esencial. ¿Quiénes considera que son los más vulnerables, desde el punto de vista psíquico, en esta situación?
Creo que todos somos vulnerables a sufrir ansiedad, estrés y una profunda tristeza en momentos como los que estamos viviendo ahora. Nunca hemos vivido una situación de aislamiento como la actual y muchas personas deben adaptarse a nuevas rutinas y a convivir con un exceso de información que en ocasiones nos puede llegar a saturar.
Considero que la sintomatología más habitual estos días será una mayor preocupación, síntomas ansiosos como insomnio, cambios en el apetito, preocupación excesiva sobre la situación actual, pueden aparecer algunos cuadros de ansiedad un poco más complejos como los ataques de pánico o la obsesión por la limpieza. Si alguno de los lectores siente alguno de estos síntomas y emociones, mi recomendación es que contacte con un profesional de la psicología porque la prevención e intervención tempranas. Muchos de mis colegas psicólogos y yo misma, hemos iniciado una campaña para atender de manera gratuita a todo aquel que lo necesite porque sabemos que la salud mental es muy importante.
Si pudiese dar un consejo a alguien que está asustado, ¿cuál sería?
Respira. La respiración tiene el poder de calmarnos, nos aleja del miedo y la ansiedad, crea un espacio donde solo estamos nosotros, donde nos aislamos del mundo exterior para sentir nuestro cuerpo, para dar un descanso a nuestra mente.
Un ejercicio de respiración consciente muy sencillo que todos podemos practicar es: Sentarnos cómodamente o tumbarnos, cerrar los ojos y centrar toda nuestra atención en la respiración, atender al aire fresco que entra por nuestra nariz y al caliente que sale de ella, observar el movimiento rítmico de nuestro pecho, que sube y baja al ritmo de cada respiración, observando también nuestro abdomen, que se hincha cuando inspiramos y se hunde cuando espiramos… Perdiéndonos en la sensación de profundo abandono y relajación en cada espiración. Podemos acudir al refugio de nuestra respiración en cualquier momento, es nuestro ancla al presente.