La influencia del tabaco en la salud del sistema inmunológico ha sido objeto de un exhaustivo estudio que arroja conclusiones reveladoras sobre sus efectos persistentes. A diferencia de lo que se creía anteriormente, el hábito de fumar no solo afecta a la inmunidad a corto plazo, sino que deja una marca duradera incluso después de abandonar el vicio.
Este estudio, liderado por el consorcio europeo Millieu Interieur en colaboración con el Instituto Pasteur de París, ha examinado el impacto de más de cien factores ambientales en las defensas del organismo. Publicado recientemente en la prestigiosa revista Nature, el análisis se basó en la observación de aproximadamente mil individuos voluntarios.
Los resultados destacan al tabaco como el factor de mayor perturbación en el sistema inmunológico. Se ha encontrado que, si bien algunos cambios inducidos por factores ambientales pueden ser temporales, otros perduran en el tiempo, incluso tras cesar la exposición. Este es el caso del hábito tabáquico, que deja una impronta significativa en la inmunidad adaptativa, afectando a células como los linfocitos T reguladores y las células B, así como a cambios epigenéticos, según explicó Violaine Saint-André, inmunóloga del Instituto Pasteur, durante la presentación del estudio.
Los expertos señalan que el mensaje clave de estos hallazgos, especialmente dirigido a los jóvenes, es la importancia de evitar comenzar a fumar. Darragh Duffy, autor principal del estudio, detalló cómo se llevó a cabo la investigación, que incluyó la participación de mil voluntarios sanos de diversas edades y géneros. A través de la extracción de muestras de sangre, se evaluó la respuesta inmunitaria ante diversos estímulos, revelando el impacto pernicioso del tabaco.
Los efectos del tabaco en la salud inmunológica
Si bien otros factores como el índice de masa corporal y la infección por citomegalovirus también influyen en la respuesta inmunológica, el tabaquismo se destacó como el factor de mayor influencia, equiparable en importancia a variables inmodificables como la edad y la genética.
A pesar de las limitaciones del estudio, como la falta de una cohorte de replicación y la diversidad genética limitada, los expertos coinciden en la relevancia científica de estos hallazgos. Marcos López Hoyos, presidente de la Sociedad Española de Inmunología, sugiere que este estudio abrirá el camino para futuras investigaciones que profundicen en los efectos del tabaco en la salud inmunológica.
Los resultados también plantean preocupaciones sobre la memoria inmunológica del tabaquismo, indicando que mientras la inmunidad innata puede recuperarse tras dejar de fumar, la inmunidad adaptativa parece retener una «memoria» persistente del hábito, lo que puede aumentar el riesgo de enfermedades autoinmunitarias, cáncer y respuestas anómalas a infecciones.