El colesterol es una sustancia parecida a la grasa que se encuentra en todas las células del cuerpo y que es producida por el hígado. No obstante, también se encuentra en algunos alimentos, como la carne y los productos lácteos y lo cierto es que el cuerpo necesita algo de colesterol para poder funcionar bien.
En este sentido, hay múltiples debates sobre la relación entre el colesterol y la salud del corazón y, por eso, se suele distinguir entre colesterol bueno y el colesterol malo.
El primero de ellos se conoce como colesterol de lipoproteína de alta densidad (HDL). Este viaja a través del cuerpo en las lipoproteínas, que lo lleva hasta el hígado donde es eliminado del cuerpo. Por otro lado, el colesterol malo se llama colesterol de lipoproteína de baja densidad (LDL).
Este es el tipo principal y la comunidad médica cree que aumenta el riesgo de problemas cardiovasculares, como ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares. Cuando hay demasiado LDL en el cuerpo, se puede acumular y formar placas en los vasos sanguíneos, lo que aumenta la presión arterial y el riesgo de enfermedades cardiovasculares graves.
El aumento de las cantidades de HDL, por otro lado, se asocia con un menor riesgo de enfermedad cardiovascular. Ahora, una nueva investigación sugiere que una forma alternativa de medir el HDL puede predecir con mayor precisión el riesgo de ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares.
Diferentes formas de mediar el HDL
Tradicionalmente, los niveles de HDL se miden determinando la cantidad total de colesterol que transportan las partículas de HDL. Sin embargo, las investigaciones recientes han sugerido que medir el número de partículas HDL (HDL-P), en lugar de la cantidad de colesterol que transportan las partículas (HDL-C), puede ser una mejor manera de determinar la asociación entre el HDL y las enfermedades cardiovasculares.
De hecho, los autores de este estudio querían desarrollar más esta línea de investigación para ver las diferencias en las capacidades de las dos medidas para predecir este tipo de enfermedades. Además, también quisieron probar si ser negro o blanco influía en la relación entre el HDL y el riesgo de estos problemas cardiovasculares.
Mayor HDL-P, menor riesgo cardiovascular
Para llevar a cabo su estudio, los investigadores recurrieron a cuatro grandes estudios que contenían datos sobre las diferentes medidas de HDL relacionadas con los problemas cardiovasculares.
Así, en total, incluyeron 15.784 participantes, que habían sido rastreados durante un promedio de 8 a 12 años. Del total, el 46% eran hombres, el 22% eran negros y la edad media era de 56 años.
Los autores encontraron que los participantes con los niveles más altos de HDL-P tenían un riesgo un 34% menor de sufrir accidentes cerebrovasculares y un riesgo 37% menor de ataques cardíacos, en comparación con los participantes que tenían los niveles más bajos de HDL-P.
Esta asociación fue todavía más fuerte entre las mujeres, ya que los niveles más altos de HDL-P se asociaron con una reducción del 46% de los accidentes cardiovasculares y un 49% en los ataques cardíacos.
Los niveles de HDL-C, la medida tradicional de esta forma de colesterol, se asociaron con ataques cardíacos, pero no con derrames cerebrales. Esto sugiere que el HDL-P puede ser la mejor forma de medir los efectos del colesterol en la salud cardíaca de una persona.
Curiosamente, cuando los investigadores solo observaron los datos de los participantes negros, no encontraron ni que el HDL-P ni que el HDL-C pronosticasen con firmeza los ataques cardíacos.