Un marcapasos es un dispositivo cuyo principal objetivo es mantener la frecuencia cardíaca en pacientes que, por diversas circunstancias, tienen alterado su sistema de regulación del ritmo cardíaco. De esta forma, el marcapasos está formado por un generador de impulsos eléctricos y un cable que conecta este generador con el corazón.
En función de la alteración cardiaca y del estado general del paciente, tanto el tipo de marcapasos como su utilización será diferente.
Existen diferentes clasificaciones de marcapasos, pero las dos formas más habituales de dividirlos son según su temporalidad y según la estimulación de sus electrodos.
Marcapasos según su temporalidad
Así, en el primero de ellos, se distinguen dos grandes grupos en función de si la causa es reversible o no: temporales y definitivos.
En el grupo de los temporales, se encuentran los marcapasos transcutáneos, también conocidos con el nombre de externos. Esto se debe a que la energía que suministra es a través de dos electrodos o parches que están colocados en el tórax desnudo del paciente.
Los parches son uno positivo, que debe colocarse en la región subclavicular derecha o en la espalda en niños pequeños, y otro negativo, que debe de estar en la región del ápex izquierdo.
Generalmente, este tipo de marcapasos se utilizan en emergencias extrahospitalarias y en emergencias hospitalarias cuando no se insertado un electrocatéter o su inserción está contraindicada. Su gran ventaja reside en su rapidez de instauración y fácil uso, aunque es doloroso e incómodo para el paciente, por lo que se aconseja sedación y analgesia antes de su uso.
Otros inconvenientes son que el tiempo de uso de estos dispositivos es limitado, quedado relegado solamente para situaciones de urgencias, que con frecuencia producen estimulación muscular y que necesitan con mucha frecuencia salidas de hasta 40-80 mV.
Por otro lado se encuentran los marcapasos intravenosos. Estos requieren la inserción de un electrocatéter a través de una vena central (yugular, femoral…) hasta la aurícula derecha, consiguiendo un marcapasos auricular, aunque en la mayoría de las ocasiones el electrocatéter llega hasta el ápex del ventrículo derecho. El generador es externo y es desde donde se controlan las características de la estimulación.
Por último, en este grupo, se encuentra el marcapasos tranesofágico. Este marcapasos es una técnica compleja que, normalmente, solo se usa como técnica diagnóstica de arritmias cardiacas no distinguibles adecuadamente con electrocardiograma o como tratamiento de bradiarritmias por disfunción sinusal, nunca para tratar bloqueos aurículo-ventriculares ni taquiarritmias mediante sobreestimulación.
Concretamente, consiste en la introducción de un electrodo, a través de la boca o la nariz, hasta la región esofágica más próxima a la aurícula derecha y la colocación de otro electrodo precordial.
Entre sus inconvenientes se encuentra la dificultad de estimular el ventrículo derecho a través del aparato digestivo, por lo que la constancia de la estimulación puede ser menor. Además, también necesita salidas de estimulación altas, mayor de 20 mV.
Por otro lado, tenemos los marcapasos que se engloban en el grupo de los permanentes. En él, se encuentra, por ejemplo, los marcapasos endocárdicos. En este, el electrocatéter se inserta mediante intervención quirúrgica en el interior de las cavidades del corazón, endocardio. Este catéter se une a un generador de impulsos eléctricos que, generalmente, se inserta en la pared torácica, bajo la fascia pectoral.
Los marcapasos epicárdicos tienen la finalidad de que el crecimiento no interfiera en la longitud de los electrodos. Por eso, son los marcapasos elegidos para los niños. Generalmente el generador se implanta en la pared abdominal.
Marcapasos según la estimulación de los electrodos
La otra clasificación se basaba en la estimulación de los electrodos. En este grupo están los marcapasos unicamerales. Son los dispositivos más sencillos y constan de un generado y un solo cable que detecta y estimula únicamente una de las cavidades a una frecuencia determinada por la programación, cesando cuando el paciente produzca su propio ritmo adecuado.
Podemos distinguir dos tipos, en función de donde se ha colocado la sonda: auriculares o ventriculares.
En los marcapasos bicamerales, también llamados secuenciales o de doble cámara, el generador está unido a uno o dos cables, uno para cada cámara. De esta forma, uno se sitúa en la aurícula derecha y otro en el ventrículo derecho, posibilitando así la estimulación secuencial de ambas cavidades o la detección auricular o ventricular en caso de bloqueo auriculo-ventricular.
Dentro de este grupo, existe una variedad de dispositivos llamados antitaquicardia, que permiten administrar un tratamiento que previene las arritmias auriculares rápidas.
El marcapasos VDD es la única excepción en este grupo ya que, mediante un sólo electrodo, detecta en aurícula y ventrículo, estimulando solamente el ventrículo.
Por último se encuentran los marcapasos tricamerales. Son un tipo especial de marcapasos, caracterizados por constar de tres sondas, ofreciendo la capacidad de estimular la aurícula y ambos ventrículos de forma sincronizada. De ahí que también se le llame como marcapasos resincronizador.
Estos marcapasos están indicados en pacientes con insuficiencia cardiaca de moderada a grave y trastornos de conducción, ya que mejoran notablemente su gasto cardiaco y como consecuencia su calidad de vida y se reducen las hospitalizaciones y mortalidad.