Este año, la temporada de polen comenzará antes y durará más debido al cambio climático, algo que podría ser problemático para las personas que padecen alergias.
Así lo indica una investigación realizada en Alemania y publicada en la revista Frontiers in Allergy. Este estudio encontró que ciertas especies de polen comienzan sus temporadas hasta dos días antes cada año.
Esta es la última de una larga línea de investigación que sugiere que la temporada de polen se está alargando. De hecho, algunos estudios incluso sugieren que esta duración se ha extendido hasta 20 días en los últimos 30 años, en algunos países como Estados Unidos o Canadá.
Generalmente, esta temporada de polen de primavera solía comenzar en marzo, pero ahora comienza a mediados de febrero y puede llegar hasta mayo. Esa temporada, en la que predomina el polen de los árboles, durará más con el tiempo, llegando incluso a principios de junio.
Además, esta situación no solo se produce en el polen, sino que se están observando tendencias similares en otras épocas del año, como, por ejemplo, en el verano. El verano antes solía comenzar en mayo y, ahora, se puede ver incluso en abril.
Los granos de polen se esparcen por las plantas con flores, el césped, los árboles y las malas hierbas. Luego, los alérgenos se propagan por el aire y causan problemas a quienes padecen alergias.
En España, según datos de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica, en los últimos años se ha incrementado notablemente la prevalencia de las personas con alergia, llegando hasta un 30% de la población.
¿Qué papel tiene el cambio climático? Lo cierto es que mucho, puesto que el cambio climático conlleva a cambios en los patrones de precipitaciones, más días sin heladas, temperaturas estacionales más cálidas y más dióxido de carbono en la atmosfera.
Unos cambios que pueden afectar a cuándo comienza y termina la temporada de polen, cuánto dura cada año, cuánto polen crean las plantas, cuánto de este polen hay en el aire…
Los efectos del polen
La exposición al polen puede desencadenar una variedad de reacciones alérgicas. Cuando una persona inhala polen, si es alérgica, sus anticuerpos lo reconocen y activan las células del cuerpo para que liberen mediadores químicos, lo que conduce a la inflamación.
El más común de estos mediadores es la histamina, que provoca síntomas como picor, ojos llorosos, secreción nasal, estornudos y tos. Precisamente, es a estos síntomas a los que las personas deben prestar atención y buscar ayuda médica cuando vean estos están afectando gravemente su calidad de vida.
En este sentido, es importante destacar que, quienes padecen alergia, tienen algunas opciones para evitar o combatir los síntomas. Las tres principales son: evitación, medicamentos e inmunoterapia.
